La Opinión de Murcia

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Economía

La economía recupera este año la actividad anterior a la pandemia

El informe del Observatorio Financiero de la Región alerta de que los efectos financieros de la guerra en Ucrania son difíciles de prever

Presentación del Observatorio Financiero en la Facultad de Economía de la UMU. | CARM

El segundo Observatorio Financiero de la Región de Murcia apunta que la economía murciana recupera en 2022 los niveles de actividad económica previos a la pandemia, mientras que el conjunto de España deberá esperar a finales de 2023. Así se recoge en las conclusiones del informe presentado este martes por el consejero de Economía, Hacienda y Administración Digital, Luis Alberto Marín, y el catedrático de Economía Financiera de la Universidad de Murcia (UMU) y coordinador del estudio, Samuel Baixauli.

El Observatorio Financiero revela que la actividad económica regional superará los niveles prepandemia «un año antes» que el conjunto de España. Augura que la economía regional crecerá este año por encima del 4%.

Los datos ofrecidos en el informe también ponen de manifiesto la elevada incertidumbre económica marcada por la superposición de la recuperación de la actividad económica tras la pandemia de covid-19 con las fuertes presiones inflacionistas, las tensiones en las cadenas de suministros y la invasión rusa en Ucrania, que afectaría menos a la actividad de la Región que a otras por la menor dependencia directa de los mercados ruso y ucraniano.

El consejero resaltó que «en momentos como este resulta imprescindible disponer de información consistente, fiable y comparable en el tiempo».

Sobre el sector industrial de la Región se señaló que «muestra su potencial liderando el crecimiento de la producción industrial por comunidades autónomas en enero y febrero de este año, con un 15,5 por ciento, el valor más alto de España. Además, el año pasado se recuperó el número de empresas previo a la pandemia para alcanzar las 42.618, lo que convierte a la Región en la segunda comunidad autónoma en creación de nuevas compañías».

Destaca que la inflación sería más preocupante si se traslada a los salarios y a los costes de producción

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También destaca la recuperación del empleo el año pasado, con una caída del paro del 23,8 por ciento, lo que se tradujo en 28.922 desempleados menos, 3,5 puntos más de caída que el promedio español, al tiempo que se alcanzó el récord de ocupación, con 641.500 personas con empleo, 34.600 más que 2020.

El responsable de Economía y Hacienda apuntó que «la Región de Murcia se ha recuperado con fuerza en 2021, alcanzando niveles de actividad económica, de creación empresarial, de trabajo autónomo y de empleo previos al inicio de la pandemia».

No obstante, Marín apuntó que «tanto las empresas como las administraciones públicas y la sociedad civil deben estar alerta para que la solidez de esta recuperación no se ponga en riesgo ante la crisis económica y humanitaria a la que nos enfrentamos por la invasión de Rusia a Ucrania».

De hecho, la introducción al informe recoge que el escenario de recuperación económica de finales de 2021 está en riesgo por el encarecimiento de las materias primas, las dificultades en el comercio internacional y las tensiones en las cadenas de suministro.

«El año 2022 ha empezado dominado por una situación geopolítica muy incierta a causa de la invasión de Ucrania por el ejército ruso en febrero. El escenario de recuperación económica de finales de 2021 se desvanece por el encarecimiento de las materias primas, las dificultades en el comercio internacional y la escasez de materiales en la cadena de suministro de las empresas», indica . Samuel Baixauli en la introducción.

El autor del estudio prevé que «los efectos financieros de la guerra en Ucrania se notarán cada vez más, en forma de impagos por la recesión en la economía rusa e incumplimientos de acuerdos de suministros. Su magnitud es difícil de predecir».

El informe alerta de que «uno de los efectos más preocupantes que podría derivarse del aumento de la inflación es su traslación a los salarios que incrementaría los costes de producción, el gasto público y la pérdida de competitividad de la economía española. La forma en que se van a comportar los precios de las materias primas y la energía es impredecible, pero sí se puede afirmar que está teniendo consecuencias negativas sobre el crecimiento económico y la renta disponible de las familias».

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