El pasado día 2, como consecuencia de su larga afección cardiovascular, agravada por una insuficiencia renal, fallece en la Clínica de la Vega de Murcia Concepción Cussac Parra ‘Mariconchi’, la maestra del pueblo, a la edad de 82 años, que por lo inesperado de su desaparición y de forma tan repentina, ha dejado consternada a la localidad.
Tras sus estudios de Magisterio en Valencia, es destinada primeramente a la localidad de Bétera, aledaña a la capital, y más tarde a Suflí (Almería), y el año 1968 se incorpora a Ricote, a las Escuelas Graduadas y seguidamente al colegio público Jesús García Candel, en cuyo centro permaneció prestando sus servicios ininterrumpidamente durante 32 años, hasta el 2000, en que se jubiló.
Apenas a un año de su venida a la Villa, contrae matrimonio con el popular Antonio Pérez Moreno ‘Antoñele’, organista de la parroquia y guía cultural. Fruto de cuya unión nacen dos hijas, Mari Loly y Yolanda, y tres nietos, como mimada descendencia, (Blanca, Jesús y Emma, de 23, 18 y 3 años, respectivamente) a los que adoraba.
Durante todo este tiempo ha estado muy vinculada al municipio, compartiendo trato amistoso con todo el mundo, pero siempre mantuvo una relación muy especial con el artesano local y modisto, Francisco Turpín Turpín, el renombrado ‘Paco de la Fructuosa’.
Y, sobre todo, con su cuadrilla más íntima, su uña y carne, e inseparables, formada por: Alicia Abenza Domingo ‘Ali’, María Teresa Guajardo Gil ‘Maritere’, Isidorina Turpín Saorín y Josefa Rojo Guillamón ‘Pepita’ (cuya misa de ‘cabo de año’, precisamente, se celebró el pasado sábado día 7).
Como expresión del cariño y el amor que se le profesaba, con motivo de su jubilación, además de la despedida oficial de sus compañeros de colegio, fue objeto de un homenaje popular, promovido por la Asociación de Amas de Casa, tributado en el restaurante de la Fuensanta, en el que actuó como maestra de ceremonias su íntima amiga, María Teresa Gómez Turpín ‘Marité’. Con la participación, entre otros, de la alumna Esmeralda Turpín Moreno, con un texto bellísimo, y el niño ‘Chiqui’ Cantó. El que luego sería brillante ganador de la VIII edición de los premios ‘Veo, veo’ impulsados por Teresa Rabal; integrante del famoso grupo musical ‘Auryn’, ganador del concurso de Antena-3 ‘Tú cara me suena’ y representante de España en Eurovisión 2021.
Fue proclamada por el Ayuntamiento ‘Ricoteña del año 2017’, cuya distinción compartió con la también profesora de EGB Mercedes Hernández Martínez, siendo alcalde Celedonio Moreno Moreno.
Junto con su marido fue viajera impenitente por todo el mundo y, últimamente, debido a su delicado estado de salud, solo lo hacía por España, siendo plaza fija en todos los viajes organizados por la parroquia, la Hermandad de San Sebastián o el IMSERSO, no quedando punto de la geografía hispana que no conociesen al detalle.
Era una lectora compulsiva, cuyas últimas novedades se las servía, puntualmente, Diego Marín. Afición que hacía extensiva a la prensa, en todos los géneros, que leía con avidez diariamente, de cabo a rabo, incluso los pasatiempos, en su más variada gama, para los que era una consumada maestra, valga la redundancia…
Y como hobby de gala tenía la celebración de grandes eventos gastronómicos (a los que nunca faltaba a la cita, como exquisita gourmet), que alcanzaba su punto álgido con el retorno a la localidad, entre otros grandes amigos, de Arturo Gil Villar, Pedro González Salcedo y su esposa Aurora, el doctor Santiago Moreno Guillén, los hermanos Buendía, etcétera. Y casi siempre haciendo de anfitriona, con platos suculentos, y a la vasca, la simpar ‘Portillica’.
Y como dato anecdótico, su esposo (creador del Grupo Polifónico Local ‘Coraly Senior’ y gran melómano), por una vez en su vida, no participó en la misa funeral de un convecino, como lo hace siempre, cantando y tocando el Órgano de Llamas (que realizó hasta en el entierro de su propia madre) porque la emoción le embargaba, sintiéndose totalmente incapaz de ponerse manos a la obra. Sustituyéndose con la intervención del trío musical ‘Musicatessenbodas’, de Murcia. Muy del gusto de su mujer, cuya actuación, dado su gran virtuosismo, y lo mejor de su amplio repertorio, alcanzó una interpretación memorable, ¡impactante…!.
Fue colaboradora entusiasta de la parroquia, a través de la asociación ‘Pastoral de Enfermos’ y del ‘Tren de la Esperanza’, pro Viaje a Lourdes, e implicada en ello, en cuerpo y alma.
En definitiva, una gran maestra y una gran mujer, que derrochó mucho amor a su paso, como destacaría el cura párroco en su homilía, el sacerdote D. Antonio Guillén Campillo.
¡Descanse en paz!