¿Cree que el emprendimiento puede verse afectado debido al convulso contexto actual?

No debería. El emprendimiento se lleva a cabo de una manera muy regional y no depende directamente de los vaivenes geopolíticos. No obstante, la actual situación siembra inquietud y dudas, por lo que los emprendedores puede que sean algo más reticentes a desarrollar proyectos empresariales. Obviamente, si las condiciones económicas como la inflación desbocada, las dificultades para acceder a la financiación se enquistan, y los problemas para llegar a determinados nichos de mercado persisten, podría ser que los emprendedores se retraigan. Dicho eso, emprender equivale siempre a resolver retos actuales, por lo cual, seguramente, los emprendedores retomarán sus iniciativas bajo otros parámetros y perspectivas.

¿Cómo definiría al tejido empresarial de la Región?

Con tres aspectos que, sobremanera, destacan sobre el resto. El primero es la resiliencia, como se ha podido comprobar con los enormes obstáculos que ha tenido que superar, no sólo por la covid, ahora con la guerra de Rusia contra Ucrania, y antes con crisis que a veces se han solapado. El segundo aspecto es que ha invertido mucho, durante estos últimos años, en innovación, desde la más sofisticada, en I+D+i, hasta la más sencilla, por poner un ejemplo, logística o embalaje, lo que nos lleva al tercer aspecto. Gracias a la resiliencia y a la innovación no sólo ha mantenido su competitividad, incluso la ha mejorado, y eso queda de manifiesto en el récord histórico de exportación que el ejercicio pasado superó los 12.000 millones de euros.

Las ideas de negocio de los doce premiados son muy variadas. ¿Qué los une, además del carácter emprendedor?

Efectivamente, la enorme variedad de los servicios o productos premiados es un distintivo muy remarcable. El nexo de unión es doble: por un lado la imaginación y el tesón que todos los emprendedores han puesto en sus proyectos empresariales, en un año marcado por la incertidumbre sanitaria y, el segundo denominador común es que responden a desafíos del tejido empresarial más cercano en algunos de los sectores productivos más destacados en la Región de Murcia. Es importante, para que nuestro tejido empresarial sea competitivo que, siempre que sea posible, se complemente con empresas de la propia Región. Por decirlo de otra manera, este tipo de endogamia resulta muy positivo. No siempre hay que buscar soluciones en Silicon Valley, a veces están en el propio polígono industrial.

¿Cómo de importante es la conciliación familiar y laboral a la hora de emprender?

Más que importante es fundamental. Antes que emprendedores somos personas. Por ello, la conciliación familiar es un factor esencial para que dediquemos el tiempo que sea necesario a los nuevos proyectos empresariales sin sacrificar lo más importante: la familia, los amigos. Esto es fácil decirlo, todos sabemos que una nueva iniciativa absorbe los tiempos y las horas de manera desmedida. De ahí que se deba insistir en la búsqueda de soluciones que incidan en la conciliación familiar. El teletrabajo ha resultado de gran utilidad en este campo. Pero ciertamente se puede mejorar todavía, sobre todo para las mujeres emprendedoras, para quienes los obstáculos son más complicados de solventar.

¿Cuál es el auténtico valor de que la Región de Murcia lidere la creación de empresas a nivel nacional?

El futuro de nuestra economía y la creación de empleo de calidad, ese es el auténtico valor. Un proyecto empresarial tarda años en consolidarse, en la Región tenemos muchos ejemplos al respecto que han gestionado las dificultades hasta convertirse en grandes empresas. Pero no lo hicieron de un día para otro. Así que si ahora sembramos, en cinco, diez o quince años recogeremos los frutos. El valor del emprendimiento actual es la cantera y consolidación de las empresas de dentro de unos años.

¿Qué le diría a aquellas personas que estén dudando en emprender?

Si dudar equivale a analizar, reflexionar y ser asesorado, las dudas son siempre pertinentes. Por otro lado, emprender implica también un cierto riesgo, incorpora un grado de valentía y rigurosidad para alcanzar las metas que uno se propone. El emprendedor no puede habitar en la duda permanente. No creo que exista el emprendedor cien por cien seguro de que su iniciativa tendrá éxito, el fracaso es siempre una posibilidad, incluso una forma de aprendizaje, pero, al final, al emprendedor genuino no le importan tanto las dudas como las soluciones que debe plantear para seguir hacia adelante.