El traumatólogo Pedro Guillén ha dicho este viernes en Murcia que las células son una "oportunidad terapéutica y un medicamento" y que el reto de la investigación médica es "quitar del gen las cicatrices que ha ido poniendo la vida para limpiarlo y devolverlo al estado inicial".

En el almuerzo coloquio de la tertulia La Luz, quien esta semana inauguró la tercera clínica Centro de Madrid arropado por los presidentes murciano y madrileña, Fernando López Miras e Isabel Díaz Ayuso, entre otros cargos del PP, se ha mostrado convencido en la pedanía murciana de Zarandona de la posibilidad de alcanzar los 120 años de vida para la población más joven.

También de que enfermedades como el cáncer llegarán a ser crónicas y se convertirán en un futuro cercano en patologías como la tuberculosis, sin incidencia en países desarrollados pero que causó estragos por su mortandad a principios del siglo XX.

"Aquí nadie regala décadas de vida a nadie, pero cuando se corten dos o tres líneas graves para la salud estaremos hablando de vivir hasta los 120 años", ha añadido uno de los más reputados traumatólogos españoles, protagonista de la introducción de la artroscopia en el país en 1977.

Ha puesto énfasis en que no se trata de modificar los genes, sino de "limpiarlos" de las "debilidades" que han introducido en ellos los hábitos de vida, y ha destacado los beneficios que tendrá para el tratamiento de la obesidad, por ejemplo, "la aceleración de las células encargadas del desgaste de energía".

"La célula es un medicamento para el hombre ", ha asegurado en un acto en el que ha estado acompañado por los consejeros murcianos de Presidencia y Salud, Marcos Ortuño y Juan José Pedreño, respectivamente; el presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo, y numerosos miembros de la comunidad científica regional.

En su intervención ha insistido en que "un país que no investiga se empobrece y una sociedad que no innova, también" y ha considerado que la pandemia del coronavirus ha evidenciado que falta investigación.