La Opinión de Murcia

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Salud

La dieta saludable, en peligro por los precios

Los nutricionistas alertan del riesgo que corre el concepto de alimentación equilibrada con el aumento de los precios, ya que muchos ciudadanos se verán empujados a cambiar sus hábitos en la cesta de la compra, por lo que les animan a buscar productos de cercanía

Jesús Pacheco junto a su puesto de fruta en el Mercado de Verónicas, en Murcia. Eva Moya

La subida del precio de los combustibles está teniendo un efecto directo sobre la cesta de la compra. El coste de los alimentos se ha disparado por el concepto del transporte y llenar el frigorífico y la despensa supone hacer frente a una cuenta cada vez más elevada para los murcianos, lo que puede derivar en cambios en los hábitos alimentarios, tal y como alertan los profesionales de la nutrición.

El decano de Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Región de Murcia, Luis Hidalgo, reconoce que «estamos preocupados» y pone como ejemplo que hay quienes han decido cambiar el aceite de oliva por el de girasol para reducir gastos.

«Nos encontramos distintas problemáticas, pero es cierto que muchos ciudadanos están anteponiendo el precio a la calidad del producto y en las propias plazas de abastos, consideradas hasta ahora los puntos de venta con precios más bajos, estamos viendo que también se han disparado debido al coste del transporte y el combustible», explica Hidalgo.

Por ello, los nutricionistas animan a los consumidores a apostar por productos de temporada, que siempre son más económicos que el resto, así como por alimentos de proximidad, en los que también se reducen los costes.

"Muchos ciudadanos están anteponiendo el precio a la calidad de los productos", afirma Luis Hidalgo

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Luis Hidalgo afirma que las legumbres, las pastas y los arroces también están más caros que hace unos meses, «por lo que el concepto de dieta equilibrada puede verse alterado y está en peligro».

Las verduras y frutas de temporada son un recurso para que el precio de estos alimentos sea más asequible, ya que los que no lo son «tienen precios desorbitados». De ahí que los profesionales animen a los consumidores a buscar la economía doméstica intentando no renunciar a una dieta equilibrada.

Respecto al precio que puede llegar a alcanzar el pescado con el anuncio de las cofradías de dejar la flota amarrada debido al coste del combustible, los nutricionistas insisten en que este es un alimento al que no se debe renunciar en la mesa, por lo que hay que buscar alternativas como puede ser cambiar de especie o apostar por el pescado congelado, que «aunque no es lo más recomendado puede ayudar en un momento puntual como este, para pasar el bache económico».

El decano del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de la Región de Murcia explica a LAOPINIÓN que el pescado cuenta con ácidos grasos que son muy saludables y que en el caso de comer poca cantidad puede aparecer un déficit de éstos.

Para sortear esta situación y el incremento de los precios que se espera para las próximas semanas, este especialista recomienda llevar una planificación semanal del menú de casa, con lo que se logrará un ahorro importante tanto en arroces, pastas y legumbres como en carnes, pescados, frutas y verduras.

"Todo está subiendo sin parar y los sueldos no se pueden estirar más, no son un chicle"

"Todo está subiendo sin parar y los sueldos no se pueden estirar más, no son un chicle" Eva Moya

Pequeños trucos

En este último caso, Hidalgo cree que una opción para las verduras puede ser comprar las de temporada, que son más económicas, y congelarlas después de lavarlas y trocearlas. «Aunque pierden algunas propiedades, al final compensa».

Incluso plantea que «con una buena variedad de verduras se puede aprovechar para preparar varios platos, ya que tras cocerlas se puede reservar el caldo para hacer otro guiso y las propias verduras comerlas como menestra o incluso como una crema después de moler. Así también conseguimos economizar en la cesta de la compra y planificando la alimentación podemos mantener una dieta medianamente equilibrada», indica.

El descenso del consumo de frutas y verduras ha llevado a un importante déficit de fibra entre los niños

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También apunta a que como fruta las fresas son ahora una buena opción, ya que se han abaratado y como beneficios tienen mucha vitamina C, muy pocas calorías y son buenas para aumentar las reservas de hierro.

Otros colegios de Dietistas-Nutricionistas, como es el de Madrid, llaman la atención sobre la cantidad de las frutas y hortalizas que se consumen, que resulta claramente insuficiente, lo que lo convierte en uno de los principales factores de riesgo que contribuye a la mortalidad.

Este órgano colegial afirma que el consumo de frutas y verduras ha descendido de forma muy importante en las últimas décadas, lo que también lleva a que se haya detectado un importante déficit de fibra entre los niños.

Los profesionales de la alimentación insisten en los beneficios de incluir fruta y verdura en la alimentación, ya que gracias a los antioxidantes que contienen ayudan a prevenir el cáncer, principalmente porque son fuente de vitaminas, minerales, carotenoides, antioxidantes, fitoquímicos, organosulfurados y flavonoides, al tiempo que garantiza la cantidad diaria necesaria de fibra para el organismo.

El consumo de fruta y verdura está por debajo de lo recomendado por la OMS


La Fundación Española de la Nutrición ha publicado el estudio Anibes en el que se recoge que el consumo medio de la población de verduras y hortalizas es de 177 gramos al día, mientras que el de frutas se sitúa en 158 gramos al día, «datos que apenas cubren el mínimo de raciones que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que es de al menos 400 gramos de frutas y verduras diarias», apuntan desde el Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Madrid.

Para incluir estos alimentos en los menús diarios recomiendan, por ejemplo, consumir una fruta en el desayuno y otra a media mañana, una ración de verduras en la comida y otra en la cena, y para merendar o de postre otra fruta.

Los especialistas señalan que «no hay un único patrón y que se pueden consumir a lo largo del día como cada uno prefiera», al tiempo que apuestan por la fruta como un aperitivo saludable con un poco de imaginación, preparando incluso unas brochetas con queso fresco.


"Todo está subiendo sin parar y los sueldos no se pueden estirar más, no son un chicle"

Las plazas de abastos son una parada fija para muchos ciudadanos para hacer su compra, independientemente de que esa día coincida con el mercado semanal de la ciudad, como ocurría ayer en Murcia.

Elisabet Martínez, una vecina jubilada de la capital, esperaba ayer a que le prepararan el salmón que había pedido en el puesto de pescado de la Plaza de Verónicas en el que suele comprar mientras que su marido jugaba en la puerta con su nieta pequeña. Mientras le quitaban las espinas al salmón se lamentaba de la situación en general. «Los precios están disparados, no es sólo la comida, también ha subido la luz, el agua o la gasolina, mientras que mi pensión sólo ha subido 4 euros».

Para poder ahorrar ellos han decidido cocinar lo imprescindible. «Vivimos solos, así que la mayoría de los días compramos la comida ya preparada en la casa de comidas, así nos ahorramos el aceite, el butano, todos los ingredientes que se necesitan y hasta el tiempo de prepararlo», decía.

La situación de la escalada de precios que se está viviendo en la alimentación también ha hecho que muchos clientes saquen de su lista productos que hasta ahora eran habituales en casa. 

Antonia Verdú, responsable de otra de las pescaderías de Verónicas, reconoce que «los clientes ven los precios y se asustan y llevan razón, si nos asustamos hasta nosotros», dice.

Sobre el mostrador una gran variedad de pescados, pero pocas personas se pueden permitir los casi 20 euros el kilo que cuesta el salmón o los 38 euros que vale el kilo de atún fresco. «Ahora eligen cosas más económicas, como es la caballa, ya que otros como el lenguado están muy caros», explica la vendedora.

Por el mismo pasillo camina José López con un par de bolsas en sus manos tras haber comprado lo que necesitaba para el día. «Hay alimentos en los que se nota mucho la subida, pero de momento no hemos cambiado los hábitos y esperamos no tener que hacerlo porque lo peor está por llegar con la crisis que tenemos encima», se lamenta.

Junto a la puerta principal del mercado tiene su puesto de encurtidos Peligros Moñino, quien critica que los gobiernos no tomen medidas. «Todo está subiendo sin parar y los sueldos no se pueden estirar más, no son un chicle», señala.

En la planta alta tiene su puerto de verduras Jesús Pacheco, quien despacha junto a su mujer. Este frutero explica que «esto es una cadena y si nos suben los precios, nosotros también tenemos que subirlos». Jesús afirma que «de momento los productos de cercanía están salvando la situación, ya que tienen menos costes de transporte, y recomienda a los clientes que elijan productos de temporada al ser más económicos». La uva le llega del otro lado del océano y ayer la vendía a 5 euros el kilo, así como los guisantes que ya están a 7 euros. 

En este caso, en la cesta de la compra no pueden faltar frutas de invierno como son los plátanos, kiwis, pomelos o fresas y verduras como espinacas, brócoli, calabaza, judías o berenjenas.

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