La Opinión de Murcia

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Entrevista

"Putin es un ególatra totalitario que quiere pasar a la historia y que solo le juzgue la historia"

"Los refugiados no provocan las crisis, son sus víctimas y nos aportan muchísimo", asegura Nacho Hernández, profesor de Derecho Internacional de Derechos Humanos en el Grado en Relaciones Internacionales

Nacho Hernández enseña en la sede de la Facultad de Turismo de la UMU.

La invasión rusa de Ucrania está sacando a miles de personas cada día del país. Más allá de las sanciones que pueda tomar, Europa se enfrenta a una crisis humanitaria que tarde o temprano tocará a todos los países de la Unión. Nacho Hernández, profesor de Derecho Internacional de Derechos Humanos del Grado en Relaciones Internacionales de The Open Faculty (sede de la Facultad de Turismo de la UMU), explica por qué España no solo debe acogerlos, sino que es su obligación.

La Región ha ofrecido a Pedro Sánchez todas las plazas que sean necesarias para los refugiados de Ucrania. 

Siempre es bueno tener esa actitud, aunque la competencia sea estatal. Tenemos un buen sistema de acogida a nivel estatal, con sus fallos, mejorable y con capacidad para 10.000 personas. Es un número muy pequeño para el número total de personas solicitantes de asilo. Para que nos hagamos una idea, en los últimos años hemos tenido entre 80 y 100 mil solicitantes. Se quieren aprovechar los fondos de asilo, emigración e integración de la UE para aumentar el número de plazas y, al menos, duplicarlas.  

Europa se encuentra ante una segunda crisis de refugiados después de la que provocó la guerra de Siria. 

Yo evito hablar de crisis de refugiados y prefiero llamarla crisis humanitaria o crisis en el país de origen. Si no, parece que la crisis la generan los refugiados, cuando son las víctimas que acuden a un país como solicitantes de asilo porque necesitan refugio. 

Así se evita criminalizar a un colectivo ya desfavorecido.

Claro. Desgraciadamente, hay quien utiliza a los refugiados con motivos políticos para alentar la xenofobia, el racismo y los sentimientos irracionales. Es una actitud muy perjudicial para la sociedad, ya que, de alguna forma, lo que nos aportan estas personas, inmigrantes en general y personas refugiadas en particular, es muchísimo. No me refiero solo a apertura de miras o a riqueza cultural, sino a que traen sus conocimientos. 

Además, como país, tenemos obligaciones con los derechos humanos.

Se trata de personas que necesitan un cobijo y estamos obligados a dárselo. España es parte de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados del año 1951, como miembro de la Unión Europea y por su propia ley nacional está obligada. Ahora mismo, aunque los ucranianos no son individualmente perseguidos, se encuentran en una situación de conflicto y, si volvieran a sus países, sufrirían una amenaza seria a su vida y su integridad física. Deben recibir una protección subsidiaria en España. 

¿Está Europa más preparada para la crisis humanitaria que se nos viene encima? 

Llevamos un año y medio con el Nuevo Pacto Europeo de Emigración y Asilo que, desgraciadamente, más que centrarse en la protección de personas que solicitan asilo, se centra en el control fronterizo. Lo vimos en Ceuta, cuando miles de personas fueron alentadas por Marruecos a entrar en España. Ahí quedó claro que la UE paga a terceros países para que no entren. Europa tiene capacidad y, además, debe liderar la acogida de refugiados, máxime cuando, como es el caso, hablamos de nuestros vecinos.

Putin afirmó que invadía Ucrania para «desnazificarla». ¿Cómo se le queda el cuerpo?

Es problemático anunciar que vas a salvar a un país cuando bombardeas civiles. Es una excusa para justificar una guerra, pero eso no lo ampara el derecho internacional. Se trata de una injerencia en toda regla de la soberanía de Ucrania. La fuerza está prohibida a no ser que sea en legítima defensa ante un ataque armado, y nunca en legítima defensa preventiva. Además, sus acciones no salvan vidas humanas, sino que acaba con ellas.

Precisamente, muchos le comparan ahora con Hitler.

Puedo entender las similitudes con la invasión de Polonia y , además, Putin escribió hace un tiempo un artículo en el que hablaba de Ucrania como la madre patria, lugar en donde surge Rusia. Tiene aspiraciones imperialistas, pero es un ejemplo más.

Mucha gente no entiende que la OTAN no entre en Ucrania.

La OTAN no puede actuar si no hay un país de la propia OTAN afectada. Y, si nos fijamos, ni siquiera dentro de la UE hay una postura común ante hasta dónde llegar con las sanciones. Son cuestiones muy políticas.

¿Qué se hace cuando la vía diplomática no funciona?

Cómo actuar ante una persona que tiene mucho poder y que pretende conseguir el apoyo popular mostrando una Rusia imperial, que recupera lo perdido... Se trata de un ególatra totalitario que quiere pasar a la historia y busca que solo le juzgue la historia. Intenta salvar el orgullo perdido de Rusia y, ante esos sentimientos irracionales, poco se puede hacer.

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