‘Creciendo de corazón’. Es el nombre del proyecto que realiza la docente Esperanza Meseguer Navarro desde hace muchos años en su aula, una iniciativa con la que aplica diferentes perspectivas y metodologías focalizadas siempre en lograr una aportación social. Porque ella tiene claro hacia dónde debe enfocarse la enseñanza: «Debemos apostar por una educación basada en el desarrollo de las diferentes competencias emocionales».
"El desarrollo de la educación emocional es fundamental en un aula desde la etapa de Infantil hasta la Universidad"
Profesora en el colegio Nuestra Señora de Loreto (Santiago de la Ribera, San Javier), Esperanza trabaja con sus niños y niñas una enseñanza-aprendizaje basada en el desarrollo emocional con una fundamentación neurocognitiva: «Se basa en conocer la neurociencia cognitiva del aprendizaje, es decir, cómo se desarrolla y funciona el cerebro del niño para conseguir una mayor y mejor eficacia en el aprendizaje».
Emociones, neurociencia y, también, habilidades. Y es que otro de los puntos fuertes del proyecto ‘Creciendo de corazón’ es el fomento del desarrollo del talento de los más pequeños: «Presento una narrativa atractiva y desafiante para el alumno, con el objetivo de desarrollar la multiplicidad de talentos que esconde. De esta forma, desde bien pequeño, el alumno es capaz de identificar su talento, reconocerlo y, además, creérselo», nos explica Esperanza, quien se mantiene firme en su convencimiento de que «el desarrollo de la educación emocional es fundamental en un aula desde la etapa de Infantil hasta la Universidad».
Su forma de enseñar le valió el premio Educa Abanca a la mejor docente de España en Educación Infantil en 2021, y el reconocimiento del mes de noviembre de LA OPINIÓN.
En su faceta más social de la enseñanza, Esperanza actualmente trabaja con la embajada española en Holanda, educando en la lengua y cultura de España a hijos de inmigrantes españoles que se encuentran residiendo en este país.
