«Putin, aparta tus manos de Ucrania», escrito en ucraniano, es el cartel que una niña portaba este lunes por la tarde en la Plaza Circular de Murcia. Desde hace unas semanas, la escalada de tensión entre Rusia y Estados Unidos no para de ascender, hasta el punto de que alrededor de 100.000 soldados rusos están distribuidos a lo largo de su frontera con Ucrania.

«No es que temamos una guerra, es que ya estamos en guerra, desde 2014, cuando Rusia invadió Crimea con lo que algunos llamaron fuerzas irregulares o prorrusas, que no eran otra cosa que su propio ejército», asegura Marko Lyakhovych, portavoz de la Asociación de Ucranianos de la Región de Murcia. 

Más de 80.000 ciudadanos de Ucrania residen en España; de ellos, alrededor de 7.500 viven en la Comunidad murciana

Lyakhovych reconoce que el conflicto que protagoniza su país es el «tema recurrente» desde hace tiempo. «No pinta bien, pero cada uno lleva su vida como puede», comenta. 

La posible entrada de Ucrania en la OTAN ha elevado el tono entre las dos grandes potencias, EEUU, a favor, y Rusia, en contra. Sin embargo, Lyakhovych apunta a que este solo es uno de los objetivos. «Su objetivo real es mantener el control sobre todo el territorio de la antigua Unión Soviética, especialmente Ucrania, que es una piedra angular para Putin», explica. Además, añade que, «de todas formas, entrar o no en la OTAN es una decisión de Ucrania como país soberano». 

La Asociación de Ucranianos de la Región dice que en su patria cada vez es menor la población prorrusa

La familia de Taras Ponomarenko, un administrativo de 26 años que vive en Patiño (Murcia) desde 2001, no se quedará parada si los acontecimientos se precipitan en actos violentos: «Si hay guerra, volveremos a Ucrania a ayudar». Explica que él, joven, sería llamado a filas; mientras que su madre, que es enfermera, se ofrecería a echar una mano también. 

«La mayoría de ucranianos quieren integrarse en la UE, pero el anterior presidente canceló el proyecto de ley tras lo ocurrido en Crimea», señala. 

Ponomarenko agradece la «rápida respuesta» del Gobierno de España, que, «a pesar de ser de izquierdas», ha movilizando dos buques a Ucrania, uno de los cuales partió desde Cartagena. 

La artista Yana Bondarchuk (24 años), más conocida como Yana Zafiro, afirma que recibe «a pecho» todas las noticias sobre su país que ve a diario. «Tengo allí a mis abuelas, tíos... Es una situación delicada porque crea controversia en las familias», explica, ya que parte de la población ucraniana es prorrusa. 

Estos murcianos de adopción no confían en que la UE salga para defender a su país por su dependencia del gas

Opina que la UE «debería defender» a su país, aunque no cree que llegue a pasar por «todo el gas que vende Rusia y por el incremento de precios de la energía que se produciría si dejara de hacerlo». 

Como explican desde la asociación, muchas de las ucranianas que se encuentran en Murcia trabajan en el servicio doméstico. Lili es una de ella, una mujer que lleva más de veinte años en la capital del Segura. «No paro de pensar en eso y, cuando lo hago, no puedo parar de llorar», reconoce. Cuenta que, «tampoco se puede uno fiar de lo que dicen en la televisión en Ucrania», su familia la llama para enterarse de las noticias que se publican en España. «Rusia no dejará nunca en paz a Ucrania porque quieren nuestros recursos», lamenta. 

Oleh Lypka, un estudiante de 26 años, se apena al recordar el Convenio de Budapest, por el que Budapest cedió sus armas a cambio de protección: «Ahora, sin embargo, no podemos defendernos». Pide a la UE que imponga «sanciones duras» a Rusia, un país que, según la Asociación de Ucranianos de la Región, «cada vez tiene más población en su contra en Ucrania».