Alteraciones repentinas en el nivel del mar por un suceso que ha ocurrido a decenas de miles de kilómetros de las costas de la Región de Murcia. La explosión del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, en el Pacífico Sur, ha generado una onda de choque que se ha sentido en todo el planeta, y también en el sureste de España. Los barógrafos, aparatos que miden las alteraciones en la presión atmosférica, registraron a lo largo del pasado sábado y domingo una serie de oscilaciones asociadas a la erupción submarina en una isla volcánica cercana a Tonga.

Las estaciones meteorológicas registraron en la Península las ondas expansivas que generó la explosión volcánica y que alteraron la presión atmosférica de la Región de Murcia unas 16 horas después del suceso, ocurrido en la madrugada del sábado 15 a más de 17.000 kilómetros de la comunidad. Unas ondas atmosféricas «que se propagaron en todas direcciones, lo que produce variaciones en el campo de presión de la atmósfera», explica Juan Esteban Palenzuela, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología en la Región. Estas ondas han llegado a dar varias vueltas a la Tierra, lo que también ha dejado sus huellas en los medidores en España.

Los mareógrafos o boyas del Puerto en Cartagena y Cabo de Palos registraron cambios en el oleaje

Esas variaciones en la presión atmosférica se han trasladado al mar, cuyo nivel cambió también en las costas de la Región un día después de la explosión. «Cuando hay fluctuaciones en la atmósfera se dan situaciones de baja presión que evolucionan muy rápidamente, de una alta presión pasa a una baja, y entonces se producen lo que conocemos como meteotsunamis. Esas ondas producidas por el volcán han favorecido un aumento de centímetros del nivel del mar en el Mediterráneo». Las ondas de choque alcanzaron una velocidad de 1.000 kilómetros por hora, según datos del servicio meteorológico australiano.

Un tsunami meteorológico provocado por las bajas presiones

La Agencia Estatal de Meteorología cuenta en la Región con microbarógrafos manuales en estaciones como la de Alcantarilla o San Javier que miden con la sensibilidad necesaria una alteración de la presión atmosférica producida por la explosión, en este caso, de un volcán a miles de kilómetros de aquí. Esas ondas de presión han provocado lo que se conoce como un tsunami meteorológico que no es la primera vez que se registra en la costa levantina, ya que en puertos como el de Torrevieja ya se registró una anormal subida del mar el pasado verano debido a varios factores. Al caer la presión de las capas bajas de la atmósfera provoca que el agua suba de nivel pero que esto ocurra por la explosión de un volcán o su erupción es muy poco frecuente. En cuanto al clima, la Aemet no considera que los efectos lleguen a alterar los datos hasta ese punto.


Los datos del Puerto de Cartagena certifican una oscilación en el nivel del mar con una crecida del oleaje de hasta 15 centímetros a mediodía del domingo, un poco menos que los registros en Baleares o Valencia, donde se ha llegado a medir medio metro y 20 centímetros, respectivamente. La velocidad de la corriente también sufrió variaciones tanto en los mareógrafos o boyas del Puerto en Cartagena y Cabo de Palos. Por otra parte, los registros de la boya de Carboneras (Almería), cerca de Águilas, pasaron de recoger datos del nivel del mar regulares a percibir oscilaciones con muchos altibajos desde finales del pasado sábado hasta 24 horas después. Tras este fenómeno, el nivel del agua vuelve a sufrir una bajada. Los meteotsunamis se han podido percibir sobre todo desde la costa alicantina, en localidades como Torrevieja o Pilar de la Horadada, hasta Cabo de Palo en Cartagena.

La resonancia geográfica

En las variaciones del nivel del mar también juega un papel importante la zona geográfica, «ya que se produce un efecto de resonancia donde se acopla esa oscilación de la onda atmosférica con una variación natural que puede tener la propia estructura de la costa. Si existe ese acoplamiento en según qué zonas la nivel del agua varía».