El Registro de casos de maltrato de la Región ha recibido en 2021 casi un millar de notificaciones de maltrato infantil, según los datos expuestos ayer por la vicepresidenta y consejera de Mujer, Igualdad, LGTBI, Familias y Política Social, Isabel Franco, en la presentación de la campaña ‘El cuento cambia si tú lo cuentas’, de la Federación de asociaciones de prevención del maltrato infantil.

El objetivo de esta iniciativa es visibilizar la realidad de la violencia contra la infancia y la adolescencia, facilitar el acceso a los mecanismos de notificación y aumentar la conciencia social sobre la problemática, tal y como informaron fuentes de la Comunidad.

En la presentación, la consejera, acompañada por la presidenta de la Asociación Murciana de Apoyo a la Infancia Maltratada (Amaim), Juana Mª López, ha manifestado que se trata de una campaña «más necesaria que nunca, dado el aumento alcanzado este año 2021 en el Registro de Casos de Maltrato, un 64,55 por ciento más que en 2020».

Franco destacó el compromiso «firme» del Gobierno en la prevención y atención al maltrato infantil. Una responsabilidad que «se trabaja cada día desde el Programa de detección, notificación y registro del maltrato infantil y adolescente, a través de la formación a profesionales del ámbito y del Registro de casos de maltrato, gracias al cual podemos llegar a establecer el perfil del menor que sufre este tipo de violencia».

Según este registro, el perfil de la infancia maltratada es de varones (52,30 por ciento) con un rango de edad de entre los 13 a 15 años (37,62 por ciento).

Cabe destacar del total de notificaciones recibidas, un 24,02 por ciento que corresponde a maltrato emocional, un 16,90 por ciento al físico y un 7,12 por ciento por abuso sexual. Asimismo, 489 notificaciones procedían del ámbito policial, 209 del educativo y 186 del sanitario.

La campaña trata de facilitar la detección de una situación de violencia contra la infancia y la adolescencia. Por una parte, porque la situación de desprotección que sufren niños y niñas les impide pedir ayuda, y de otro lado, porque muchas veces no presentan evidencias físicas del maltrato.

Se trata de hacer ver que ante las sospechas de maltrato que cualquier persona pueda tener sin esperar a que haya certeza hay que comunicarlo, porque no hacerlo podría suponer que la persona menor de edad continúe viviendo con violencia.