El empleo de abonos nitrogenados es esencial para el crecimiento vegetativo y, por tanto, necesario para la agricultura. Normalmente se emplean formas de estos fertilizantes que tienen una menor movilidad, solubilidad y están más disponibles para que las plantas sean capaces de absorberlos. No obstante, la acción de determinadas bacterias presentes en el suelo provoca la transformación de este tipo de sustancias en otras formas que se solubilizan fácilmente en el agua contaminando los acuíferos. Por eso, el grupo de investigación Green Chemical Process Engineering (GCPE) de la Universidad de Murcia (UMU) se encuentra desarrollando una técnica para evitar esta conversión, también denominada nitrificación, a través del uso de compuestos naturales presentes en la hoja de olivo.

El plan de estudio, denominado ‘Aplicación de soluciones naturales para la reducción de la contaminación por nitratos procedentes de la agricultura’ y financiado por la Fundación BBVA a través de sus Becas Leonardo, podría generar una tecnología capaz de inhibir la nitrificación en su origen, evitar su llegada a los acuíferos subterráneos y, posteriormente, a las lagunas circundantes, como puede ser el Mar Menor. «La existencia de grandes concentraciones de nitratos en lagunas provoca el consumo del oxígeno disuelto por el crecimiento anormal del fitoplancton, que emplea los nitratos como nutrientes. Es lo que se conoce como fenómeno de eutrofización. Además, la pérdida de nitratos en aguas subterráneas y en aguas de escorrentía supone una disminución importante del rendimiento económico para la agricultura», asegura Francisco José Hernández Fernández, profesor titular de Ingeniería Química e investigador principal del estudio.

Esta disminución de la generación de nitratos sería posible gracias al empleo de fertilizantes nitrogenados orgánicos junto a compuestos de origen natural. Este tipo de residuos son extraídos de la propia agricultura del olivo, más concretamente de la hoja de olivo y del alpechín, que son restos inutilizables en la fabricación del aceite de oliva. «Se trata de un proceso que es respetuoso con el medio ambiente en su conjunto, ya que pretende conseguir la eliminación de la contaminación, el empleo de materias primas renovables y la reducción del uso de energía y de recursos naturales», recalca Hernández Fernández

El objetivo principal de este proyecto es el de atajar el problema de raíz, es decir, evitar la producción de nitratos en origen. No obstante, este grupo de expertos también persigue la reducción de la concentración de nitratos una vez que se haya producido.

Para conseguir este objetivo, este grupo de investigación está trabajando en el empleo de pilas de combustible microbianas aplicadas al suelo. Se trata de dispositivos electroquímicos que han demostrado que son capaces de reducir la concentración de nitratos contenidos en las aguas residuales urbanas. En este caso, los investigadores pretenden demostrar su viabilidad para poder aplicarlas al suelo agrícola. «Hemos comprobado que no solo reducen la materia orgánica de esas aguas residuales sino que en algunos casos reducen la cantidad de nitratos contenidos«, asegura Hernández.

El problema existente en el Mar Menor es un desafío, y este proyecto podría aportar su grano de arena para su recuperación. «Aunque la solución pretende atajar la contaminación por nitratos en origen, será necesaria la actuación desde distintas vertientes aplicadas de forma continua durante años para poder conseguir una mejora mantenida del estado de nuestro querido Mar Menor», finaliza el investigador.