La concentración de nutrientes y la proliferación de algas nocivas como las cianobacterias han puesto en alerta a la Confederación Hidrográfica del Segura tras hallar importantes cantidades en varios embalses de la demarcación. En concreto, el organismo de cuenca ha detectado episodios de ‘bloom’ o alta concentración de estas bacterias tóxicas en los embalses del Judío (Cieza), Argos (Cehegín), Azud de Ojós, Santomera y Crevillente (Alicante). En el caso de los tres primeros pantanos es donde existe un impacto mayor de estos episodios, similares a los procesos de eutrofización (agua cargada de nutrientes) que sufre la laguna del Mar Menor.

Lo que preocupa especialmente es que desde que se realizan controles de la calidad del agua estas concentraciones son cada vez «más frecuentes y más intensas en el tiempo», reconoce la CHS. Los análisis comenzaron con una campaña en 2018 (antes no se hacían) y otra en 2020, aunque ya en julio de 2017 se detectó la presencia de estas bacterias en una cantidad inusual en el embalse del Judío, «donde estos episodios se están repitiendo de una manera muy frecuente».

«Las razones de este estallido de cianobacterias se han podido producir por una mayor presencia de nutrientes en el agua, una elevada temperatura, disponibilidad de luz y oxígeno, lo que ha podido derivar en procesos de eutrofización», señala Silvia Gómez, jefa de sección en el Área de Calidad de Aguas de la CHS.

Una empresa se encargará de controlar el estado biológico de estas masas de agua para medir su calidad

El origen de la ‘gasolina’ que ha provocado un aumento de las bacterias se desconoce, por ello la Confederación ha sacado a licitación las tareas de control del estado de los embalses de la Demarcación Hidrográfica del Segura «para realizar un mayor seguimiento de la toxicidad» en estas masas de agua. La empresa encargada deberá vigilar los niveles de nitratos, amonio, nitrógeno, sulfatos, fosfatos o fósforo.

Aviso a la Mancomunidad

En un informe interno, el organismo de cuenca refleja que estos controles deben hacerse «muy especialmente» en aquellos pantanos, como el de Argos, «cuyos usos se destinen a abastecimiento o a riego, o los que tengan captaciones aguas abajo». Gómez subraya que se ha dado aviso a la Mancomunidad de Canales del Taibilla, organismo encargado de la captación de agua en el Segura para potabilizarla en sus instalaciones, y a los ayuntamientos.

Este seguimiento biológico a las aguas reservadas en los pantanos también se ha estudiado en otras demarcaciones hidrográficas, que «lo ven como algo normal, pero es necesario encontrar los orígenes y saber cómo podemos cortar esa proliferación».

Los embalses de la cuenca del Segura no están definidos como zonas aptas para el baño, por lo que esta actividad no debería estar permitida, pero los pantanos como el de Cehegín han servido y siguen sirviendo para refrescarse en los meses más calurosos.