Eva Garcés es psicóloga, y como tal dispara primero por lo que más le toca: la salud mental. Buscará que se dote de más recursos y medios al servicio de atención psicológica de la UMU y apostará por la conciliación de los universitarios. Recoge el testigo de Amal Conesa, de cuya junta directiva formaba parte, y promete continuidad en el proyecto.

¿Qué objetivos os marcáis para el próximo año?

Queremos mejorar todo el sistema de sugerencias, reclamaciones, incidencias o quejas a través del procedimiento Mistral, que ya está instalado en otras universidades de Madrid y Valencia. Pretende mejorar la calidad del proceso universitario de una forma segura. Otro aspecto esencial será la conciliación, algo muy demandado por nuestros compañeros tras volver a la normalidad la UMU. Al dejar atrás el modelo online y semipresencial, donde era más fácil estar pendiente de varias cosas, ahora es más complicado. Creemos esencial asegurar la conciliación académica, personal y profesional, también pensando en la labor que hacen los representantes de los estudiantes que defienden a sus compañeros.

El año próximo hay elecciones al rectorado. ¿Qué vais a demandar a los candidatos?

Es una oportunidad muy importante para toda la Universidad. Venimos de las últimas elecciones a Rector donde participó solamente entre un 13 y un 16% de los estudiantes porque sienten que su voz y su voto no sirven para nada. Hay un sentir general de desconfianza porque no se les escucha. Por parte del CEUM crearemos una campaña para fomentar la participación de los estudiantes pero es importante que las distintas candidaturas que se presenten escuchen y tengan en cuenta a los estudiantes para que sientan que están trabajando con ellos.

¿Qué os preocupa de la futura Ley Orgánica del Sistema Universitario?

El problema con la LOSU es que no hemos conseguido avanzar nada con respecto a cómo está la normativa actual. Una nueva ley permitiría potenciar esa universidad democrática que queremos todos pero sentimos que lo que demandamos como estudiantes no se está escuchando y no se tiene en cuenta. Necesitamos que la representación de los estudiantes en los órganos de gobierno en las universidades no baje del 30%.

¿Considera que la Ley de Convivencia Universitaria se ha quedado corta tal cual se ha aprobado?

Sí porque no era lo que se llevaba trabajando desde hace varios años. Teníamos una propuesta consensuada por toda la comunidad universitaria y nos hemos encontrado con un documento donde el aspecto positivo era primar la mediación y no convertir las sanciones en algo punitivo sino como una oportunidad de aprender. Tal y como está la ley, no promueve la convivencia universitaria. Trabajaremos en la UMU para asegurar que haya una comisión de convivencia que garantice los procesos de mediación.

En los últimos días el bono universitario ha sido objeto de polémica.

Va a ser una de nuestras reivindicaciones porque hemos pasado de un bono con transporte ilimitado a uno que cada billete cuesta 0,85 euros. Si un estudiante tiene que hacer dos viajes (ida y vuelta) a la universidad, se gastará 34 euros al mes. Hemos empeorado muchísimo la situación actual con los transportes, estamos convirtiendo en un privilegio poder asistir a la universidad.

¿Qué vais a demandar para la salud mental?

Queremos apostar por la salud mental. Siempre ha sido una asignatura pendiente en nuestras aulas y necesitamos dotar de infraestructuras y medios a la asistencia psicopedagógica en la universidad. Que exista el Servicio de Psicología Aplicada (SEPA) en la UMU es crucial y tenemos que darles más herramientas ya que empiezan a tener listas de espera.

¿Cómo está la salud del sistema de becas? ¿Ayuda la Oficina de Atención Social?

La Oficina de Atención Social, para llevar tan poquito tiempo, está funcionando muy bien y los estudiantes ven que la Universidad se preocupa por ellos y que les da respuesta a lo que necesita. Tendrán que hacer más campañas para que toda la comunidad conozca la oficina y poder ayudar a los alumnos con vulnerabilidad socioeconómica. Pelearemos también por tener un sistema de becas que permita que el dinero llegue a tiempo a los estudiantes y que no tengan que adelantar gastos. Estas serán otras de nuestras líneas de actuación.