“Íbamos bastante bebidos, pero yo no he forzado nunca a nadie a mantener relaciones conmigo”, insistía este miércoles en la sala de la Audiencia Provincial de Murcia un sujeto, Jesús Martín C. B., para el cual la Fiscalía pide que pase 17 años entre rejas por violar a una mujer en el aparcamiento subterráneo de La Glorieta de la capital murciana, donde entonces él vivía. 

El Ministerio Público sostiene que, cuando ocurrieron los hechos, en verano de 2017, él la llevó a la muralla bajo tierra donde había instalado colchones para subsistir, ella dijo que se iba, el individuo, presuntamente, le soltó: “Si te marchas, te mato y te entierro debajo de las piedras”. Acto seguido, prosigue la Fiscalía, le quitó la ropa y la violó en varias ocasiones. Ella finalmente pudo escapar, la Policía la encontró completamente desnuda en la calle y la llevó a un hospital.

Sin embargo, la víctima, de 54 años, no pudo relatar ante el tribunal lo que vivió en aquel parking de La Glorieta, puesto que ha fallecido

En su declaración de este miércoles, el sujeto negó ser un violador. A preguntas del fiscal, apuntó que a la mujer “la encontré en un banco de Santo Domingo llorando y la llevé conmigo, le enseñé un sitio donde podía descansar”.

El individuo, natural de Lorquí, asegura que “entre los dos estuvimos bebiendo. Incluso conocimos al guardia de seguridad del Palacio Episcopal y le informé de que había conocido a esta chica en la calle e íbamos a dormir al parking”. 

Las bebidas “las encontramos en la calle ella y yo”. “Le regalamos una botella de cava de las que encontramos al vigilante”, manifestó. “Le presenté a esta chica, he intentado comunicar con él, pero lo mismo él está jubilado. Mira, hemos encontrado una botella, y le regalamos una botella de cava”.

A la pregunta de si la desnudó, él dijo que “nunca”. Afirma que, cuando se dio cuenta de que ella ya no estaba, llegó a preguntar a la Policía si sabía dónde podría estar. “Yo salgo a buscarla, salí a la fuente a llenar unas garrafas de agua y, cuando bajó, ya no estaba”.

Habló de “este mundo que me ha tocado vivir de la aventura de la calle” y, sobre la llamada de ayuda al 112 que hizo la víctima, en la que se escucha al hombre decirle que corte, subraya que no se acuerda. Asegura, además, que no tuvieron relaciones sexuales durante el tiempo en que ella estuvo en el subterráneo.

Tras el sospechoso, compareció el encargado del aparcamiento de La Glorieta durante más de treinta años, un trabajador que recordó que el sujeto dormía en la zona de la muralla, que es patrimonio protegido. “Conmigo ha tenido relación cero”, sentenció el empleado. “Yo no lo conozco a él”, cortó entonces el acusado.