Se sentó en el banquillo de la Audiencia Provincial de Murcia hace dos semanas, por unos hechos que acontecieron en verano de 2020. Charles P. S., que atacó a su pareja ante sus tres hijos pequeños, admitió ante la jueza que cosió a puñaladas a su mujer en Archena y culpó al alcohol. «No recuerdo nada», manifestó. Al maltratador confeso, reconocer su pena le supuso una rebaja en la condena: se le quedó en cuatro años y seis meses de cárcel, de nueve que se le pedían en principio. Aunque su abogada apuntó que podía sustituirse la pena privativa de libertad por retorno a su país natal, Bolivia, Charles dijo que prefería la prisión en España que regresar a Sudamérica.

Admitir los delitos es algo que se ve bastante en los juicios por violencia de género en la Región que ha habido este año. Al reconocerlo, los maltratadores obtienen un atenuante, lo que implica menos castigo. 

Es lo que le pasó a Diego C. M., que relató cómo intentó incendiar la casa de su expareja con ella dentro, en Cehegín, y aceptó tres años de cárcel. Sin embargo, en el pasillo del juzgado, el sujeto estuvo despotricando contra la mujer, a la que llegó a tachar de drogadicta (aunque en la sala dijo que quien se drogaba era él). La pena con la que se quedó: seis meses de cárcel por saltarse la orden de alejamiento, más dos años y medio por intentar pegar fuego a la vivienda.  

Jesús R.F., en el banquillo de la Audiencia en octubre Israel Sánchez

El mes pasado, otro hombre, Jesús R. F., admitió que violó y maltrató a su novia discapacitada en Caravaca de la Cruz y aceptó seis años de cárcel. Cuando le llamaron por su nombre y entró en la sala, el sujeto admitió lo que había hecho. Así lo acordaba con su abogado en los pasillos de la Audiencia. Fue parco en palabras, aunque reconoció que la había obligado a practicarle felaciones, que la había empujado y maltratado y la había agredido. No dijo nada más. 

La familia de esta víctima supo de las agresiones porque ella confesó su calvario tras intentar quitarse la vida, por los maltratos sufridos. La mujer llegó a estar en la UCI por este intento de suicidio. Afortunadamente, sobrevivió. La víctima está ahora mismo en una residencia y en trámites de ser incapacitada, pues «desde los 17 años acarrea problemas mentales, ingresos y autolisis», tal y como explicó su hermana.

Un juicio por violencia de género arrancará en menos de un mes en la Audiencia Provincial de Murcia; es la culminación del proceso que se sigue contra un vecino de Cartagena, Agustín S. M., que se sienta en el banquillo acusado de matar a su novia, Lola Sandoval. Una mujer cuyo cuerpo aún no ha sido encontrado. La Fiscalía ha pedido penas que suman 15 años y cinco meses de prisión para este sujeto.

Agustín S.M. será juzgado por un jurado popular en lo que está considerado como un crimen machista que fue cometido en una fecha que no se ha podido determinar, pero, en todo caso, posterior al 21 de octubre de 2018. Pese a no haber restos mortales, el sospechoso está acusado de un delito de homicidio y de otro de profanación de cadáver, confirman fuentes judiciales. Cuando el sujeto admitió el crimen, agentes de la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía se movilizaron a Barrio Peral, donde estaba la casa en la que vivía con Lola, y la inspeccionaron. Agustín admitió que ahí fue donde desmembró el cuerpo de su novia. Los investigadores hallaban restos de sangre, pero no el cadáver. Dar con el paradero de Lola dependía, casi exclusivamente, de la declaración del propio Agustín. Declaración que iba cambiando: si primero admitió haber asesinado, durante una pelea, a la que era su novia, luego alegó que se la encontró ya sin vida y se limitó a ocultar un cadáver.