Tomar una copa de vino con la comida, una cerveza al salir del trabajo o el fin de semana con el aperitivo se han convertido en rutinas totalmente integradas en el día a día de la sociedad. Pero el consumo excesivo de alcohol se está convirtiendo en un problema de salud pública que mantiene en alerta a las autoridades sanitarias. Atracones a alcohol y botellones tienen cada vez más presencia y en este terreno la Región de Murcia se sitúa a la cabeza de España con prevalencias muy superiores a la media nacional.

La primera edición de la ‘Monografía de Alcohol del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones’, publicada esta semana por el Ministerio de Sanidad, recoge que Murcia está entre las autonomías con una mayor prevalencia de atracones a alcohol, con un 20,3 por ciento de los últimos 30 días, sólo superada por País Vasco (20,9 por ciento) y Navarra (20,5 por ciento).

En este caso, el territorio que más se aleja de esta tendencia del ‘binge drinking’ es la ciudad autónoma de Ceuta.

Las intoxicaciones etílicas de los últimos doce meses repuntan hasta llegar al 19,4 por ciento de prevalencia

La Región de Murcia también se encuentra entre las comunidades que tienen las mayores prevalencias de botellón en los últimos 12 meses junto a La Rioja y Castilla-La Mancha, con un 12,6 por ciento, registrándose las cifras más bajas en Asturias y Aragón, con porcentajes por debajo del 7 por ciento.

El alcohol supone en nuestro país un importante factor de riesgo de carga de enfermedad y mortalidad. De hecho, es la sustancia psicoactiva más consumida por la población general en todas las edades. No obstante, el problema es especialmente preocupante entre las personas jóvenes y menores, que además son más vulnerables a sus efectos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año se producen 3 millones de muertes en el mundo debido al consumo de alcohol.

En la población general de 15 a 64 años el consumo es también elevado. El 93 por ciento consumió alcohol alguna vez en su vida, llegando en la Región de Murcia al 95,2 por ciento. Mientras que el 81,6 por ciento de los murcianos ha consumido en los últimos 12 meses (77,2 la media nacional) y el 67,9 por ciento de los murcianos lo ha hecho en el último mes (63 por ciento la media nacional).

Respecto al consumo de estas bebidas, el 8,8 por ciento toma alcohol a diario, por detrás del tabaco, que llega al 32,2 por ciento y ocupa el primer lugar.

En el estudio se destaca que en el periodo 2019-2020 la prevalencia de las intoxicaciones etílicas agudas de los últimos 12 meses se situó en el 19,4 por ciento, lo que supone un ligero repunte, siguiendo la tendencia ascendente iniciada en el año 2015.

Atendiendo al sexo, con independencia del tramo de edad, las borracheras tuvieron una mayor prevalencia entre los hombres que entre las mujeres. Con respecto al año 2017, la prevalencia de las borracheras aumentó en los hombres, mientras que se mantuvo estable en mujeres.

La pandemia logra un descenso en el consumo en todos los grupos

El último estudio sobre consumo de alcohol publicado por el Ministerio aborda también cómo ha evolucionado éste durante la pandemia. Aunque apunta que «todavía es demasiado pronto para calibrar el impacto a largo plazo de la covid en los patrones de consumo de alcohol de la población»,  los datos disponibles apuntan a que, en el año 2020, disminuyó el consumo de bebidas alcohólicas en ambos sexos y en todos los grupos de edad, en especial se redujeron los episodios de consumo intensivo en los grupos más jóvenes. Esto vendría a reforzar el concepto de que las medidas de prevención ambiental que disminuyen la oferta y disponibilidad, son eficaces para reducir el consumo de alcohol.

Sin embargo, las intoxicaciones etílicas agudas son más habituales en los grupos de menor edad, de 15 a 34 años. Los hombres de esta franja de edad son los que acumulan mayor porcentaje de borracheras, el 41,6 por ciento en el último año. En el mismo grupo de edad, la prevalencia de borracheras en mujeres es 15 puntos menor y se sitúa en el 26,6 por ciento.

Entre las personas que consumieron una única sustancia psicoactiva, el alcohol es la sustancia con mayor prevalencia de consumo con mucha diferencia (85,6 por ciento). Entre las personas que consumieron dos, tres, cuatro o más sustancias en los últimos doce meses prácticamente siempre está presente el alcohol, según el informe.

El 22% de los menores de 18 años se emborrachó en el último mes

El alcohol es también la sustancia psicoactiva más consumida entre los estudiantes de enseñanzas Secundarias de 14 a 18 años. En los últimos 30 días desde la encuesta, el 22,2 por ciento de los estudiantes murcianos de estas edades experimentó alguna borrachera, cifra que aumenta hasta el 24,3 por ciento a nivel nacional.

La encuesta Estudes sobre el Uso de drogas en enseñanzas secundarias en España recoge que el 74,9 por ciento de los jóvenes murcianos ha consumido alcohol alguna vez en su vida, por debajo de la media nacional del 77,9 por ciento. La gran mayoría de ellos había tomado alcohol en los últimos 12 meses, pues la prevalencia de este tramo temporal se sitúa sólo dos puntos porcentuales por debajo, 73 por ciento. Y algo más de la mitad bebió alcohol durante el último mes, el 58 por ciento.

Según Estudes, el 36 por ciento de los adolescentes de 14 años reconoció haber consumido alcohol los 30 días previos a la realización de la encuesta, porcentaje que ascendió casi al 50 por ciento cuando se atiende al grupo de 15 años y hasta un 74,7 por ciento si se analiza a los mayores de edad.

La mayoría de los menores acceden al alcohol en los bares, supermercados y tiendas de barrio

En la Región de Murcia el ‘binge drinking’ o atracones de alcohol tiene una prevalencia del 31,5 por ciento entre los jóvenes (la media nacional llega al 32,2 por ciento).

Además, la primera borrachera, en promedio, sucede a los 14,8 años, anterior al inicio del consumo semanal de alcohol, que se sitúa en los15,2 años. 

El consumo de alcohol entre los estudiantes de 14 a 18 años se realiza principalmente fuera de casa, en bares o pubs (el 54,8 por ciento reconoce haber tomado alcohol en este tipo de lugares en los últimos 30 días), en calles, plazas, parques, playas o espacios públicos abiertos (50,9 por ciento) o discotecas (47,8 por ciento), en las casas de otras personas (43,5 por ciento) y sólo el 24,8 por ciento en la propia casa.

Considerando también los últimos 30 días, los lugares más recurrentes entre los jóvenes para adquirir bebidas alcohólicas son los bares o pubs (54,0 por ciento), los supermercados (54,0 por ciento), tiendas de barrio, quioscos o bodegas (49,9 por ciento) o discotecas (43,6 por ciento) y sólo un 22 por ciento en la casa donde viven los estudiantes. 

El tipo de bebida más consumida entre los estudiantes son los combinados (29 por ciento), en ambos sexos, pero se observa un mayor consumo en las chicas. La cerveza/sidra es el segundo tipo de bebida de mayor consumo, en ambos sexos, aunque más elevadas entre los chicos. 

«Los jóvenes nos están mandando un mensaje y hay que dar alternativas»

Los expertos afirman que se está viendo un adelanto en la edad de inicio al consumo de bebidas alcohólicas, que la encuesta Estudes sitúa en los 16 años. «Pero esto no está sucediendo únicamente con el alcohol sino que también se está dando con otras sustancias y adicciones como es el caso de las redes sociales o el juego online, algo muy preocupante porque el nivel de adicción de los jóvenes llega a ser bastante alto», según explica el profesor de Sociología de la Universidad de Murcia (UMU) Marcos Alonso Bote.

Este especialista indica que «el tema del alcohol es recurrente y está muy relacionado con el confinamiento y la situación que los jóvenes han vivido en este último año y medio, las restricciones al ocio nocturno han hecho que encuentren en el botellón una alernativa que además es más económica».

Bote reconoce que uno de los aspectos más preocupantes son los efectos que este confinamiento y la pandemia han tenido sobre la salud mental de los más jóvenes. «La salud mental es aún un tabú y cuesta pedir ayuda y reconocer la situación», afirma Bote, quien asegura que muchos jóvenes han buscado de forma individual esa ayuda en sus propios amigos o sus círculos más cercanos para no tener que acudir a alguien desconocido.

El profesor de Sociología de la UMU indica que a estas edades los jóvenes quieren aparentar normalidad y «eso hace que en ocasiones aparezcan problemas de disonancia y les hacen estallar».

Marcos Alonso Bote cree que con estos comportamientos y el aumento de los botellones «los jóvenes nos están mandando un mensaje, por lo que hay que analizar los datos con los que contamos para poder ofrecerles alternativas, ya sean de ocio o de estilos de vida que vayan más allá de los que ellos están acostumbrados a ver en redes sociales y que en la mayoría de los casos no tienen nada que ver con la realidad», ya que están en un momento importante en su ciclo vital, apunta.