En la mayoría de las asociaciones agrarias murcianas se impuso ayer la ‘ley del silencio’, al menos de forma oficial, ante el requerimiento de Aldi a sus proveedores murcianos del Campo de Cartagena para conocer si han llevado a cabo prácticas que hayan contribuido a la contaminación de la laguna salada. Lo que sí tienen claro es que esta cuestión perjudica al campo murciano, a sus trabajadores y a la ‘Marca Murcia’ como principal comunidad exportadora de productos agrarios a nivel nacional e internacional.

Desde la Fundación Ingenio, que engloba a casi medio centenar de cooperativas y sociedades agrarias del Campo de Cartagena, confirmaron ayer en Cadena SER que, por su parte, han contestado a la petición de Aldi, aportándole toda la información sobre cómo trabajan estas pequeñas y medianas empresas.

«La información que se está dando por parte de la cadena alemana no beneficia a nadie y les pide que no se dejen llevar por informaciones que califican de inexactas y que aportan datos que son muy cuestionables», según Natalia Corbalán, directora de Fundación Ingenio. El proyecto principal de la Fundación es la creación del Anillo Protector Ambiental en el entorno de la laguna, con la modernización de las prácticas agrícolas y el evitar vertidos.

Corbalán también quiso pedir a las distintas administraciones que «dejen de una vez la confrontación a la hora de decidir qué medidas se van a poner en marcha y sus competencias, y se pongan a trabajar ya para no perjudicar a ciertos sectores como el de la agricultura».