Un equipo de investigadores de la Universidad de Murcia (UMU), liderados por el profesor de la Facultad de Veterinaria Rafael Latorre, está trabajando en nuevas técnicas de impresión 3D con el fin de obtener órganos artificiales de cerdos que puedan destinarse al entrenamiento del alumnado de las titulaciones sanitarias.

Los futuros médicos y veterinarios que se especializan en técnicas diagnósticas y quirúrgicas de mínima invasión se forman habitualmente con órganos frescos ex-vivo de modelos animales. En estos órganos practican determinadas técnicas de diagnóstico o pequeñas cirugías, a la vez que conocen la textura y el comportamiento los tejidos que los forman.

Sin embargo, el trabajo con este tipo de órganos reales presenta varios inconvenientes como son la dificultad para conseguirlos, su conservación, los procesos a los que se deben someter para eliminar el riesgo biológico y su eliminación. De ahí que, desde hace años, se venga trabajando en técnicas de plastinación.

«La plastinación se viene usando desde hace 30 años en las prácticas de Anatomía o en cirugías mínimamente invasivas, ya que con ella se mantienen las propiedades del órgano fresco y lo convierte en algo permanente», explica el profesor Latorre. 

Ahora, han dado un paso más allá y este equipo de la Facultad de Veterinaria de la UMU está trabajando en la obtención de órganos artificiales de modelos animales con impresión 3D, órganos como el intestino del cerdo que permitan realizar entrenamientos con endoscopia. 

Rafael Latorre señala que han hecho varios intentos centrados en la obtención de un prototipo de intestino delgado artificial, «pero es un órgano complicado porque el endoscopio debe entrar en los giros que hace el propio intestino». De ahí que estén trabajando en la obtención de imágenes mediante TAC, y a partir de ellas poder recrear el órgano mediante impresión 3D.

Para este tipo de técnicas en aparato digestivo y las prácticas de futuros sanitarios, los órganos más utilizados son de cerdo, sobre todo cuando se estudia el tracto digestivo superior. En los casos de colon no se puede utilizar esta especie como modelo, ya que es completamente distinto al humano y, por lo tanto, no vale. Lo mismo ocurre con el pulmón del cerdo en técnicas toracoscópicas, debido a la fragilidad de su pleura.

El investigador principal informa de que «cada especialidad tiene su modelo animal» en el que poder practicar. La oveja es un buen modelo para entrenamientos quirúrgicos en la cavidad torácica, así como en ginecología, por las características del útero. Con el cerdo se practica la endoscopia superior, la cirugía laparoscópica de abdomen y urológica, tanto en riñón como en el uréter. Mientras que el conejo se usa para otras técnicas quirúrgicas en pediatría o en veterinaria.

El equipo liderado por Rafael Latorre está formado también por el catedrático de Veterinaria Octavio López, la becaria postdoctoral Evelyne París y los doctores Enrique Pérez-Cuadrado, Pilar Esteban y Federico Soria. 

El proyecto de impresión de órganos de animales 3D para prácticas sanitarias está financiado por la Fundación Séneca y se encuentra en su segundo año. En el primero se centró en la obtención de órganos plastinados con características de los órganos frescos, mientras que este segundo año se está dedicando a la obtención de las imágenes de escáner de los órganos plastinados necesarias para la impresión 3D, la realización de pruebas y la mejora de las limitaciones, así como el uso de otras técnicas de vaciado con moldes de silicona o látex. El tercer y último año permitirá la valoración de los prototipos 3D.

Latorre destaca que en este proyecto participa el Centro de Cirugía de Mínima Invasión Jesús Usón de Cáceres, ya que cuentan con unas impresoras de altas prestaciones que permiten usar materiales flexibles e imprimir en varias texturas.

Referente internacional en plastinación

El Laboratorio de Plastinación de la Universidad de Murcia es un referente internacional en este campo, por lo que los modelos que elabora se envían a centros de todo el mundo para las prácticas de los estudiantes. «Enviamos órganos plastinados a universidades como Cambridge, Bristol, Londres, Helsinki o Dublín. También tenemos contratos con universidades americanas de Florida y Texas», señala el profesor Rafael Latorre. Debido a este volumen de trabajo la UMU tiene previsto la creación de una spin-off de base tecnológica para la creación de órganos plastinados.