El papel del COPA y la COGECA en la negociación de la Reforma de la Política Agraria Común (PAC) ha sido esencial para sensibilizar a la Comisión, al Consejo y al Parlamento Europeo sobre la importancia de esta Política y la necesidad de tener en cuenta la opinión de 14 millones de agricultores, sus familias y de sus 22.000 cooperativas en la UE.

La PAC es una política crucial en la construcción de la Unión Europea. Está presente en el actual Tratado de Lisboa en sus artículos 38 y 39 que establece que la UE definirá y aplicará una política agrícola común siguiendo una serie de objetivos destinados a incrementar la productividad, la estabilidad de los mercados, garantizar la seguridad de los abastecimientos y un nivel de vida equitativo a la población agrícola, así como asegurar al consumidor productos alimentarios a precios razonables. Objetivos todos ellos todavía vigentes.

La Reforma de la PAC 2023-2027 promueve una serie de cambios respecto al actual período. Más allá de la posición política que el COPA y la COGECA han trasladado, la actual PAC puede ser una oportunidad para las cooperativas agroalimentarias europeas y por ende españolas. Actualmente hay 22.000 cooperativas en la UE, uno de cada dos agricultores comunitarios es socio y producen la mitad de los alimentos que consumen los europeos.

Las cooperativas son empresas propiedad de los agricultores que deciden unirse para mejorar su posición en el mercado, avanzar en la cadena alimentaria, realizar inversiones conjuntas que de forma individual no podrían hacer, ser más eficientes productivamente y aprovechar las oportunidades de mercado. Cuando un productor forma parte de una cooperativa, tiene la oportunidad de dejar de ser un mero proveedor de materia prima barata y formar parte de empresas capaces de captar el valor añadido de la cadena y participar de él.

La nueva PAC establece varios e importantes elementos para que los Estados Miembros (EMs) puedan fomentar las cooperativas agroalimentarias y su integración. En el primer pilar existen varios instrumentos de apoyo a las cooperativas a través de la figura de las Organizaciones de Productores.

El sistema de ayudas específico del sector de las frutas y hortalizas es el paradigma de sistema que desde las cooperativas españolas, pero también desde la COGECA, creemos que es el modelo idóneo para concentrar la oferta y mejorar la posición de los productores en la cadena de valor. Para beneficiarse de este sistema se deben constituir Organizaciones de Productores, OPs, con visión empresarial formadas y controladas por los propios agricultores, como son las cooperativas.

Otro sistema de apoyo a las cooperativas en la PAC es el del sector del vino, donde una de las acciones que los Estados miembro pueden aplicar es el apoyo a Organizaciones de Productores, medida que España no incluye en su plan nacional de apoyo al sector del vino.

La nueva medida más significativa que ha sido incluida en esta Reforma PAC ha sido la extensión del sistema de ayuda de frutas y hortalizas a los demás sectores agrarios. La aplicación de esta medida es voluntaria para los EMs en el marco del desarrollo de sus respectivos Planes Estratégicos, que pueden decidir dedicar hasta el 3% del presupuesto de los pagos directos a fomentar estas intervenciones sectoriales a través del sistema de OPs.

La inclusión de esta medida en la propuesta inicial de la PAC fue fruto de una intensa labor por parte de las organizaciones cooperativas de algunos Estados miembros como España, y también del COPA y la COGECA, que pedían medidas de concentración de la oferta y de fomento de la organización de los agricultores en el mercado como una medida estructural necesaria para hacer frente al desequilibrio existente en la cadena de valor.

En España, el Ministerio de Agricultura ha propuesto aplicar esta medida de creación y desarrollo de Organizaciones de Productores en el sector del olivar de bajo rendimiento. Por otro lado, Francia podría aplicar esta intervención para los sectores de flores y plantas, así como algunos sectores ganaderos y Eslovaquia a varios sectores como el lácteo. Creo necesario que sean muchos los EMs que apliquen esta medida, porque actuaciones financiadas conjuntamente tienen una eficiencia mayor que financiadas de forma individual.

También el marco de la política de desarrollo se contemplan diversas intervenciones susceptibles de ser utilizadas para impulsar a los productores y sus cooperativas. Por ejemplo, en España la Ley 13/2013 fomenta la integración cooperativa a través de los fondos de desarrollo rural en el marco de un Plan Nacional de Desarrollo Rural cuyo objetivo es incentivar a las diferentes cooperativas de los diversos sectores a trabajar juntos, sobre la base de unos criterios de dimensión y de número de productores exigidos, para mejorar la posición de estas empresas en el mercado y, por tanto, mejorar la posición de sus socios productores en la cadena. Es un instrumento importante que los Estados miembro pueden desarrollar en el marco de la PAC y por el cual España apostó en su día y mantendrá en la próxima PAC a partir de 2023.

Por otro lado, también en el marco de la política de desarrollo rural existen, entre otras, intervenciones en el marco de las inversiones en activos físicos y de la cooperación que pueden adaptarse al fomento y mejora de las empresas cooperativas, o la medida de asesoramiento donde las cooperativas pueden jugar un papel importante, etc. Por tanto, existe un abanico de medidas que posibilitan un cierto apoyo o priorización al cooperativismo en el marco de la PAC. Por ello, es importante que las organizaciones representativas del cooperativismo agroalimentario de los distintos países insten a sus Ministerios a incluir estas intervenciones y diseñarlas de manera adecuada en sus respectivos planes estratégicos.

También en el marco del Programa Next Generation EU las cooperativas pueden beneficiarse de apoyo a inversiones para apoyar al sector en su transición ecológica.

No puedo terminar este artículo sin hacer referencia a la importancia de las cooperativas en la búsqueda de la sostenibilidad, no sólo económica y social sino también ambiental. Estas empresas, propiedad de los agricultores, generan un mayor valor para que el agricultor aproveche, por ejemplo, las oportunidades de los mercados exteriores; pero, además, para que pueda invertir en proyectos de sostenibilidad ambiental como la eficiencia energética, optimización del agua, mejora de los suelos, en economía circular, aprovechar los beneficios del carbón farming, etc.

Todos estos proyectos, alejados de las posibilidades de la iniciativa individual, hacen de las cooperativas un pilar esencial en la aplicación del Pacto Verde y, en concreto, de la Estrategia de la Granja a la Mesa, ya que son capaces de desarrollar este tipo de proyectos de forma conjunta.