Las procesiones y actos religiosos volverán a celebrarse durante la Semana Santa en la Región de Murcia el próximo año 2022. Así lo anunciaba el presidente de la Región, el popular Fernando López Miras, en su convocatoria ante los medios ayer por la mañana acompañado por el Nuncio de Su Santidad en España, Bernardito Cleopas Auza, quien visitaba la comunidad murciana.

En 2020, con el país confinado, la Pasión se vivió en los balcones. En la primavera del presente 2021, la pandemia aún no ofrecía cifras tan esperanzadoras como ahora. Pero en 2022 será el momento de volver a ver en las calles tallas tan veneradas como la del Santísimo Cristo del Amparo y el Santísimo Cristo del Perdón, entre otras.

«Analizada la situación epidemiológica y el nivel de inmunización de la población, la Semana Santa de 2022 se vivirá como siempre la hemos conocido. Podremos tener procesiones, salir a la calle, profesar de devoción y la Pasión en todo su esplendor», manifestaba ayer el jefe del Ejecutivo murciano, ante el Nuncio y el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, en San Esteban.

«Estamos todavía a varios meses, la prudencia y la precaución tienen que guiarnos. Teniendo en cuenta que la mayoría de las actividades se producen al aire libre, vamos a vivir una Semana Santa tal y como la conocemos, celebrando algo que forma parte de nosotros, de nuestra identidad», hizo hincapié el presidente.

Se da la circunstancia de que algunas cofradías de la Región llevan no dos años sin salir, sino tres, por culpa de la lluvia, que frustra los desfiles en demasiadas ocasiones. De ahí que estos nazarenos reciban con más ganas aún si cabe el anuncio de Miras.

En Cartagena, por ejemplo, para la Cofradía Marraja y la del Resucitado, el 2021 ha sido ya el tercer año en el que sus tronos no han salido a la calle, ya que las lluvias les impidieron en 2019 procesionar Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección. Lo mismo que pasó con ‘los moraos’ en Murcia, en ‘La mañana de Salzillo’ de Viernes Santo.

Los nazarenos murcianos aún no saben si podrán dar caramelos y, a falta de indicaciones concretas conforme se vaya acercando la fecha, presuponen que los penitentes no tendrán que llevar mascarilla (están al aire libre y, además, llevan la cara cubierta), aunque probablemente sí los estantes que portan los pasos.