"Abandono, animales muertos y suciedad". La organización ecologista Greenpeace ha documentado el estado en el que viven los cerdos en una de las instalaciones propiedad de la empresa murciana Cefusa, englobada en el grupo Fuertes junto a ElPozo, y denuncia la desatención de estos animales y la falta de higiene en la planta cárnica. La nave, dedicada a la producción y cría de lechones, se sitúa en el municipio granadino de Castilléjar, al noreste de la provincia, donde la empresa engorda para su posterior sacrificio a 651.000 lechones al año.

En su interior, la organización documentó escenas de madres recién paridas, o incluso pariendo en ese momento, "sin ningún tipo de asistencia y con numerosos lechones muertos en minúsculas jaulas llenas de heces, además de roedores por doquier y mucha suciedad", denuncia la organización. En las imágenes facilitadas, se observa a las madres dentro de las parideras, junto a varios lechones o en mitad de un parto, e incluso con varios cadáveres en varias salas de las instalaciones porcinas.

La compañía del grupo Fuertes, a través de un comunicado, han señalado que en dicha granja se cumple "estrictamente la normativa vigente de bienestar animal europea y española" y que a su vez, "las seis auditorías realizadas este año por la organización interprofesional del sector Interporc en la granja de Castilléjar nos dan un resultado de más de 90 puntos sobre 100". Cefusa sale al paso de las imágenes obtenidas por la Greenpeace, que denuncia además que esta "gigantesca" instalación, dividida en diez núcleos con varias naves en el municipio de Granada, es además "la macrogranja de porcino con mayores emisiones de metano y amoniaco del país". 

La visita a este "megacomplejo del carnicero de El Pozo" se ha producido dentro de la campaña de Greenpeace para denunciar el "elevado impacto ambiental y social de la ganadería industrial". Este modelo, según la organización, contribuye a la crisis climática actual, a la pérdida de biodiversidad y al desmesurado consumo y contaminación del agua, y su "avance descontrolado no para de agravar estos problemas". España ya es el primer productor de porcino de la Unión Europea: en 2020 se sacrificaron más de 56 millones de cerdos

Una cerda, en el momento del parto de varios lechones. Greenpeace

Greenpeace ha demandado a la Junta de Andalucía que lleve a cabo una inspección "inmediata" de las instalaciones y reclama también una moratoria para la instalación de macrogranjas, como ya ocurre en algunos municipios de la Región ante la creciente respuesta social creada por el rechazo a este tipo de instalaciones.

“Lo que Greenpeace ha encontrado en la macrogranja del poderoso Grupo Fuertes, el principal productor cárnico de España, conocido por su famosa marca El Pozo, es vergonzoso. Sí esto ocurre aquí, no queremos ni imaginar cómo pueden estar muchas otras instalaciones de este tipo en el resto de España”, ha declarado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace. 

El cadáver de un lechón, en medio de una de las salas de la granja de Cefusa Greenpeace

"Cumplimos escrupulosamente"

La empresa del grupo Fuertes ha respondido ante la denuncia de la organización ecologista que cumple "escrupulosamente" todas las medidas específicas de bioseguridad "para salvaguardar la cabaña ganadera de nuestro país". La firma cárnica murciana señala que "la entrada de personas no autorizadas a una instalación ganadera representa graves riesgos para la salud de los animales", a lo que Greenpeace responde que a las instalaciones han accedido con equipos EPIS y "exhaustivas medidas de bioseguridad" para que la empresa responsable de la planta no pudiera achacarles una negligencia por ello.

Cefusa, que como tal no entra a valorar las imágenes distribuidas por Greenpeace, recuerda que lideran "proyectos de investigación junto con la Universidad Politécnica de Cartagena, a través de la Cátedra en Gestión Medioambiental Sostenible de la Producción Porcina, para mejorar la gestión del purín, minimizar sus posibles efectos negativos y reducir las emisiones"