Las 8.460 hectáreas de regadío ilegal en la cuenca vertiente al Mar Menor siguen dando de qué hablar y la organización WWF las ha tenido en cuenta para colocar el acuífero cuaternario del Campo de Cartagena entre los ‘puntos negros’ del «robo de agua en España». Esas más de 8.000 hectáreas que no tienen derecho al riego suponen el 20% de la superficie total de regadío en la cuenca, pero de esa superficie ilegal la organización ecologista señala que una de cada cuatro hectáreas se encuentra fuera de las Unidades de Demanda Agraria. 

Estas unidades son perímetros que delimitan en una cuenca las zonas que potencialmente se pueden regar, y que incluso aunque haya parcelas regando sin derecho a ello con agua subterránea, como están dentro de este límite, se considera terreno regable e incluso se puede legalizar. Estas unidades, tres en el caso de la cuenca del Mar Menor, fueron definidas en el actual Plan Hidrológico del Segura que abarca desde 2015 hasta este año, y que a ojos de WWF ayuda a constatar el crecimiento «desmesurado» del regadío ilegal en el Campo de Cartagena. 

La organización ha cuantificado que la superficie de riego fuera de estos límites y por tanto con un uso del agua ilegal fue de 2.089 hectáreas en 2019 y de 1.792 hectáreas el pasado año. Esta cantidad de terreno para cultivo de regadío equivale al 5% del perímetro reconocido y controlado por la Confederación Hidrográfica del Segura, «lo que indica un cierto crecimiento del riego ilegal desde que se recopilaron los datos usados en la elaboración de las Unidades de Demanda Agraria publicadas en el Plan del Segura vigente», señala WWF en un estudio reciente que refleja «cómo se produce el robo del agua en cuatro de los acuíferos más importantes de España»: Las Tablas de Daimiel, Doñana, Mar Menor y Los Arenales. 

Con estos datos, la organización estima que el volumen de agua extraído del acuífero del Campo de Cartagena para regar parcelas fuera de los límites marcados en 2015 es de 9,07 hm3 y 8,08 hm3 para los años 2019 y 2020 respectivamente.

Presión al ecosistema

Dentro de la superficie de riego que se excluye de los límites marcados para el regadío, WWF señala que los cultivos herbáceos estacionales ocupan gran parte de esa área que se ha regado en varias ocasiones a lo largo de un año y consumiendo hasta 9 hm3. En los dos últimos años, cerca de 500 hectáreas en invernadero se regaron también de forma ilegal, mientras que los cultivos leñosos ocuparon 300 hectáreas. 

«La aparición de estas más de 2.000 hectáreas de riego fuera de las UDA, muestra la importante presión añadida que supone el riego en posible situación de ilegalidad. Esta presión afecta de forma directa a la recarga de agua dulce de la laguna del Mar Menor, que sufrió un desastre ecológico en 2016 y 2019 con el colapso de gran parte del ecosistema como consecuencia del aporte desmedido de contaminantes generados por la agricultura intensiva de la zona, o más reciente el caso de mortandad de peces acontecido en agosto de 2021».

La CHS cifra la sobreexplotación en 4 o 5 hm3 al año

La Confederación Hidrográfica del Segura no comparte la afirmación de la organización WWF sobre que el acuífero del Campo de Cartagena es uno de los más sobreexplotados de España. El organismo de cuenca señala, en respuesta al informe de los ecologistas, que esa sobreexplotación solo se da en dos zonas concretas de la masa de agua subterránea y ni siquiera en lo que se conoce como el tramo cuaternario: en el nivel andaluciense (el nivel del acuífero más profundo de la masa de agua subterránea del Campo de Cartagena) y en una zona del acuífero ubicado al norte del mismo.

Sobre esta presión extra a la masa de agua, la CHS estima que se sobreexplotan entre 4 o 5 hectómetros cúbicos al año. Para el resto del ámbito y de los acuíferos identificados, «los niveles piezométricos están estables o en ascenso, lo que supone que está descargando el acuífero al Mar Menor».