La Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de su Comité de Salud Medioambiental, niega que dar el pecho a los bebés en zonas contaminadas como Portmán suponga un peligro para su salud y animan a las madres a continuar con la lactancia materna en contra de lo propuesto por una investigación de la UMU liderada por Miguel Motas, estudio en el que se alertaba de los riesgos de mantener la lactancia materna exclusiva en zonas contaminadas.

«Los datos y niveles de contaminantes medioambientales en lactancia materna aportados por el estudio no suponen un ‘alto riesgo’ ni para las madres ni para sus hijos», recoge el informe de valoración de la presencia de contaminantes medioambientales en leche materna de madres que viven en comunidades con suelos contaminados de la minería/fundiciones de la AEP.

Así, los pediatras sostienen que a pesar de las exposiciones a contaminantes ambientales a través de la leche materna, los lactantes amamantados alcanzan mejor rendimiento neurológico y resultados en salud que los que toman sucedáneos artificiales. «La lactancia materna neutraliza los contaminantes ambientales, incluidos los neurotóxicos, y contrabalancea sus efectos», afirman, al tiempo que consideran que introducir de forma precoz sucedáneos artificiales en sustitución de la lactancia materna contribuye a empeorar el desarrollo neurológico de los lactantes en las zonas mineras de España.

«Recomendamos dar lactancia materna a todas las gestantes y lactantes en todas las zonas contaminadas de la Sierra Minera de Cartagena y en cualquier otra cuenca minera de España, pues sus hijos tendrán mejor calidad de vida y salud» que los alimentados con leche artificial. «Máxime cuando ya nacen contaminados por la transferencia transplacentaria de los contaminantes ambientales».

Las conclusiones de la investigación sobre los contaminantes en la leche materna y la recomendación a las madres de no dar el pecho en estos casos ha generado un gran malestar entre pediatras y las propias participantes en el estudio de la UMU, quienes han solicitado que se retiren sus muestras del mismo al no haberles informado adecuadamente sobre el fin de la investigación y al no haber contactado con ellas para avisarles de supuestos riesgos, como publicó LAOPINIÓN.

El doctor Juan Antonio Ortega, coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría y responsable de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del Hospital Virgen de la Arrixaca, explica que los alimentos artificiales tienen muchos más niveles de plomo, cadmio y mercurio que la leche materna de las madres de Portmán analizada en la investigación de la UMU.

Concretamente, la AEP indica que el nivel medio de plomo de la leche materna de la zona minera del estudio es de 4,1 microgramos por litro, cuando el límite de plomo establecido por la UE para preparados de sucedáneos comercializados de forma líquida es de 10 y en polvo de 20. Con el cadmio pasa igual, ya que el nivel detectado por la UMU es de 0,2 microgramos por litro, frente al máximo permitido de 5 en preparados líquidos para lactantes y de hasta 20 en leches en polvo.