A los 43 años el doctor Ricardo Robles, catedrático de Cirugía de la Universidad de Murcia y Coordinación Regional de Transplantes en la Región de Murcia, fue nombrado catedrático, un reconocimiento prematuro, admite, ya que los docentes que aspiran a esta figura suelen lograrla más tarde, como el jefe de Cirugía del Hospital Morales Meseguer de Murcia, José Luis Aguayo, que fue acreditado como catedrático con 63 años. Este ejemplo lo usa la decana de Medicina, Carmen Robles, para reflejar la lentitud en la carrera docente: «Los contratados doctores se acreditan como profesores titulares con 50 años y llegan a catedráticos cuando tienen 60, no tiene sentido».

Ricardo Robles, que dirige la Unidad de Cirugía Hepática del Hospital Virgen de la Arrixaca, es muy crítico con los criterios de acreditación de la Aneca, que no cuenta con la «labor de asistencia sanitaria potente» que realizan muchos profesores clínicos. «Deben cambiarse, hay profesionales que han realizado como yo miles de cirugías y eso no se valora. Puedo estar desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde en el quirófano y luego robarle tiempo a mi familia para investigar», subraya el cirujano, que apuesta por una investigación con aplicación clínica que también debería ser más reconocida por la agencia de evaluación. 

«En mi unidad hay gente joven de 35 años que en cuatro o cinco años podrían ser profesores titulares, pero la Aneca pone muchos obstáculos», sentencia el doctor.