«El Mar Menor es un fracaso colectivo que requiere voluntad política y medidas urgentes, no pose ni buenas palabras». Así lo manifestó Natalia Corbalán, directora de Fundación Ingenio, durante su participación en la jornada ‘Investigación y tecnología, claves para las soluciones ambientales en la agricultura. Caso del Mar Menor’ con motivo de la Feria Fruit Attraction, celebrada en Madrid esta semana.

La mesa redonda, organizada por AgriTech Murcia y moderada por José Francisco Martínez, contó también con la participación del catedrático de Agronomía de la UPTC Alejandro Pérez, el director del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA) Víctor Serrano, y Alfonso Corbalán García, CEO de Hidroconta.

Según Corbalán, hay muchos factores que han influido en la degradación del Mar Menor: los residuos urbanos y mineros, las playas artificiales, los canales de dragado o el impacto de las DANA que exige redimensionar el alcantarillado, entre otros. «La agricultura es uno más», expresó.

Asimismo, Corbalán dijo que el verdadero origen del problema de contaminación está en el acuífero cuaternario del Campo de Cartagena, «por sus elevados niveles piezométricos que vierten aguas contaminadas por la superficie en la Rambla del Albujón y a nivel de las aguas subterráneas». «El mayor cáncer del Mar Menor son las aguas subterráneas», incide.

En ese sentido, la directora de Fundación Ingenio reclamó a los partidos políticos «dejar de lado los intereses partidistas y activar el Plan Vertido Cero». «Llevamos desde 2009 esperando que lo activen, son infraestructuras urgentes, sino lo hacen serán responsables del ecocidio», argumentó Corbalán. «Las diferentes administraciones no han querido o no han podido revertir el problema del Mar Menor», lamentó.

Asimismo, al igual que el resto de participantes de la jornada, reivindicó el papel de la ciencia y la tecnología en las soluciones para el Mar Menor. «Cuando la ciencia habla, los políticos deben hacer lo que dice la ciencia», concluyó.

Tecnología y formación

Por su parte, Alejandro Pérez recordó que la agricultura del Campo de Cartagena es de las más restrictivas del mundo y que cuenta con técnicas de riego cada vez más eficientes. Se están implementando muchas medidas de sensibilización del agua del suelo «y llevamos tiempo trabajando con el uso de sensores». Para aplicar estas tecnologías, es necesario fomentar la colaboración público-privada para implementarlas así como «formar y dar confianza» a los agricultores para que las utilicen.

A su vez, Víctor Serrano comentó los objetivos del recién creado Observatorio para el Mar Menor, una herramienta que va a generar conocimiento y datos para que los investigadores aporten medidas: «Ya hemos empezado con dos grupos de trabajo, uno de monitorización para medir todo el ciclo del agua y un grupo de modelo para integrar modelos preexistentes y comprobar la efectividad de las medidas y los escenarios que puedan influir en el sistema», detalló.