¿Cómo es ser cómica y mujer en España con comentarios denigrantes como los que se hizo desde la Chocita del Loro en Madrid?

Lo que dijo la dueña de la Chocita del Loro no fue una opinión aislada, esto se viene escuchando desde hace tiempo. Hay algunos locales que sólo programan chicos porque según ellos las mujeres no son graciosas. Sin embargo, el podcast más escuchado es de dos mujeres, Estirando el chicle, y la única persona que llena por delante de cualquier otro cómico hombre muy conocido es Martita de Graná, que no sólo llena, sino que duplica y triplica. Así que al final lo que nos encontramos es con gente que actúa según su sesgo y están perdiendo posibilidades de no llenar con un tío y triplicar con Martita.

Respecto a los mensajes de odio en redes sociales, ¿cree que se pone mucho más el foco de crítica sobre las mujeres que sobre los hombres?

Sin lugar a dudas. De hecho, cuando hay un hombre poco gracioso dicen que esa persona no tiene gracia y piden que lo echen. Sin embargo, cuando una mujer no la tiene en seguida salen diciendo «eso pasa por contratar mujeres, las mujeres no tienen gracia». Esto viene de la incultura y, sobre todo, de tener muchos complejos. 

¿Considera que ha tenido más obstáculos para llegar dónde está frente a los que puede tener un hombre?

Como mujer siempre tengo obstáculos respecto a cualquier hombre. Es raro ver un espacio en el que hay paridad y en los que quien presenta es una mujer. Ahora lo vemos un poco más, pero cuando yo empecé era totalmente inviable. En mi caso, haciendo humor negro he tenido más oportunidades de dedicarme a esto que un hombre porque parece que choca más cuando este tipo de chistes vienen de la mano de un hombre.

En su mayoría, las mujeres trabajadoras tienen la difícil tarea de conciliar el trabajo con el hogar y la familia, a menudo sin ayuda, ¿cómo lo lleva en su caso con una niña con una enfermedad?

Teniendo una hija con necesidades especiales es muy difícil seguir el mismo ritmo de antes. En mi caso, además, mi pareja es pediatra. Entonces, ¿quién iba a dejar de trabajar: el que cura bebés o la que hace chistes? Así que, él es que tiene más el peso del trabajo y yo del cuidado de mi hija. Hay días en los que puedo irme a actuar fuera, pero no es algo que pueda hacer de forma habitual porque si no tendríamos que cambiar nuestra mecánica de cuidado. Es muy complicado cuadrar el tener una hija con una discapacidad y trabajar como antes.

¿Cree que desde las instituciones se dan suficientes ayudas a la mujer para que concilie y tenga más fácil emprender el camino de los negocios?

No, porque lo hacemos mal. No necesitamos ayudas para las mujeres, necesitamos obligaciones para los hombres. ¿Qué es eso de que si el niño está malo lo lleva siempre la mujer o que la mujer tenga cuatro meses de baja maternal y ellos no? Si yo soy un empresario y tengo a un chico y a una chica joven sé que si ambos son padres ella me va a faltar cuatro meses y él no. Por lo que es más probable que coja a la persona que seguro no me va a faltar. Para que se concilie de verdad hay que obligar a que los hombres tengan los mismos derechos que las mujeres y que ellos también puedan disfrutar de la paternidad.

En los premios eWoman se valora la valentía y el talento de las mujeres emprendedoras, como usted, ¿animaría a las murcianas a que emprendan?

Si tienes una buena idea de negocio y un buen plan empresarial para ejecutarla, por supuesto que las animo. Lo que no recomiendo es lanzarte a la piscina sin tener una buena base porque una cosa es trabajar con esfuerzo y, otra, arruinarte porque no se ha hecho una buena previsión.

«Al tener un hijo con necesidades especiales pasas de ser madre a cuidadora»

Raquel Sastre, quien tiene una niña de cinco años con el síndrome genético de Pheland-McDermid, centró su ponencia en torno a las dificultades de educar un niño con necesidades especiales. Esta enfermedad provoca trastornos del espectro autista (TEA), hipotonía, discapacidad intelectual, neurofibromatosis y distintas alteraciones en órganos como el cerebro, el riñón y el corazón.

La humorista empezó su intervención pidiendo a todos los presentes que levantaran la mano si eran padres. Alrededor de treinta brazos se alzaron en la sala con orgullo. La siguiente pregunta fue que cuántos de ellos tenían hijos con necesidades especiales. Sólo se quedó una mano alzada: la de Raquel Sastre.

Uno de cada diez niños necesita atención temprana en España, independientemente de su condición socioeconómica, es decir, «a cualquiera nos puede pasar», explicó Sastre. «Cuando tenemos niños con necesidades especiales pasamos de ser padres y madres a ser cuidadores», dijo, «y cuando una es cuidadora esto implica que tenemos que dejar de trabajar o reducir nuestro ritmo de trabajo», añadió la cómica.

En este sentido, también hizo alusión al Sistema Murciano de Salud, al que agradece una detección temprana del trastorno de su hija. «Después de cuatro años y miles y miles de euros por nuestra parte y la de las administraciones públicas, nuestra hija se ha podido desarrollar bastante bien», contó Sastre.