Las consejerías de Salud y Educación de la Región de Murcia han trabajado de la mano para elaborar un Plan de Prevención del Suicidio en las Escuelas que está a punto de ver la luz y que se pondrá en marcha este mismo curso. Con este documento se darán recursos al personal docente con el objetivo de que sean capaces de detectar las señales de alarma ante un posible caso para así poder actuar y prevenirlo.

El proyecto, anunciado por la gerente de Salud Mental del Servicio Murciano de Salud (SMS), María José Lozano, durante su participación en la I Jornada de Psicología y Suicidio organizada por el Colegio de Psicólogos de la Región y LA OPINIÓN, supone un gran paso para tratar de atajar un problema que en los últimos meses está tomando mayores dimensiones y que tiene muy preocupados tanto a psicólogos como a psiquiatras que tratan con población joven.

El murciano Jesús Mesones, vicepresidente de la Sociedad Española de Suicidología, explica que tras la pandemia de coronavirus y la etapa del confinamiento «han aumentado las tentativas de suicidio en adolescentes por su especial sensibilidad y al ser una época muy crítica para los cambios».

Señales de alarma que evidencian síntomas suicidas

Desesperanza

El futuro se ve muy negativo y sin solución, no se advierte ninguna solución.

Desamparo

Soledad no elegida, sentir que no se es importante para nadie y que se estorba

Culpa y vergüenza

Odio a uno mismo, sentir que no se es útil para nada y se desea desaparecer.

Cambios de conducta

Mayor agresividad, sin respeto a los límites o periodos de calma y apatía.

Falta de concentración

La desatención y, como consecuencia, la pérdida de memoria.

En este sentido también se pronuncia el jefe de Psiquiatría del Hospital Virgen de la Arrixaca, Francisco Toledo, quien reconoce un incremento de tentativas de autolisis en la franja de edad de 13 a 20 años, jóvenes que en muchos casos se ven desbordados por situaciones que les superan «al tener una baja tolerancia a la frustración».

Precisamente, el nuevo plan de prevención elaborado por Salud y Educación pretende ser una guía para afrontar este tipo de situaciones cuando se detectan. «Busca prevenir y detectar señales de alarma en el medio escolar como una primera ayuda», afirma María José Lozano, quien apunta que este documento aporta mucha información sobre una problemática creciente. Incluye un programa formativo dirigido al profesorado y también busca la colaboración e implicación de los pediatras de Atención Primaria, quienes también pueden detectar las primeras señales.

La gerente de Salud Mental del SMS considera fundamental trabajar con estos jóvenes para que sepan canalizar su frustración, hay que resaltar sus capacidades y la fuerza que tiene para afrontar situaciones complejas. «Nos encontramos ante un momento de muchos cambios y aunque en estos casos de intentos de suicidio intervienen muchos factores, es cierto que con la pandemia se ha producido un aumento de las tentativas entre la población más joven».

Medidas de actuación y de protección

Información

Campañas y actividades formativas e informativas entre profesores y alumnos.

Vigilancia

Tanto dentro como fuera de los centros educativos para detectar los riesgos.

Familias

Compromiso de los representantes familiares en las actuaciones.

Apoyo

Integrar a los compañeros en el apoyo voluntario.

Otra de las patas sobre las que pivota el nuevo plan de las consejerías de Salud y Educación, además del profesorado y los pediatras, es la implicación de los compañeros. «Queremos que los propios escolares ayuden cuando un compañero no se encuentre bien, hay que concienciarlos sobre la importancia de dar la voz de alarma», dice Lozano.

Observatorio de Convivencia

En el ámbito educativo ya funciona el Observatorio de la Convivencia Escolar, que ayuda en muchos casos a detectar casos de conflictos entre alumnos y que, según la propia gerente de Salud Mental del Servicio Murciano de Salud, «da muy buenos resultados». Sin embargo, esta es una herramienta más con la que hacer frente a una realidad cada vez más creciente.

Aquellos jóvenes que tengan ideas suicidas pueden llamar al Teléfono de la Esperanza (968 343 400) o incluso al teléfono ANAR de ayuda a niños y adolescentes (900 20 20 10), en los que siempre hay alguien al otro lado para escuchar.