El suicidio es una de las principales causas de muerte en España. Según datos del INE de 2019, el suicidio fue la principal causa externa de muerte en España y el principal motivo de defunción entre las personas de 15 a 39 años en nuestro país. A su juicio, ¿a qué puede deberse esta elevada prevalencia?

El suicidio es un fenómeno que ha acompañado al ser humano desde los inicios de la historia y sobre el que se han producido diferentes lecturas en función de las interpretaciones históricas de la vida y la muerte. Desde el punto de vista científico, hasta bien entrado el siglo XX no se produjo un acercamiento institucionalizado al fenómeno, con una lectura de salud pública y orientado fundamentalmente a prevenir las conductas suicidas y reducir el número de muertes que se producen anualmente en el mundo por esta causa.

Las cifras sobre los suicidios ocurridos en una sociedad son importantes en sí mismas (nos indican cuál es el alcance y cuáles son las características del fenómeno), y también lo son, para poder diseñar las intervenciones orientadas a prevenirlos. Obtener una base fiable de datos es muy difícil en el caso del suicidio. La propia OMS es conocedora de la escasa fiabilidad de la información estadística generada sobre las muertes por suicidio, ya que, por razones varias, se produce de forma generalizada una subestimación de las cifras reales.

En España las tasas de incidencia con datos del 2018 son de 7,9 por 100.000 habitantes frente al 11,6 en los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico OCDE. Esto, sin embargo, no resta un ápice a la importancia de la magnitud de este problema en España.

¿Existen señales de advertencia del suicidio? ¿Se puede prevenir?

Entre las señales de alarma que podemos encontrarnos puede destacar especialmente el amenazar con quitarse la vida o hacerse daño, hablar sobre la muerte o el suicidio, expresar razones para no querer vivir o sentimientos de desesperanza, ira o rabia; incrementar el consumo de alcohol o de otras sustancias, aislarse de amigos y familia, presentar alteraciones del sueño o mostrar cambios bruscos de comportamiento...

Basándonos en la ambivalencia que presentan las personas con tendencias suicidas en relación con la vida y la muerte, muchos investigadores consideran la factibilidad de evitar muchas muertes mediante el ofrecimiento por parte de la comunidad de recursos, agencias y técnicas de identificación de señales que rescaten a estas personas de la situación de crisis, ya que en muchos casos, y tras un breve período de tiempo, podrían estar en condiciones de retomar sus vidas (Shneidman y Farberow, 1965).

Que el suicidio se debe prevenir es una máxima fundamentada en la ética del cuidado de los seres humanos y en la creencia de que buena parte de las personas que acaban con sus vidas en realidad no desean morir, sino dejar de sufrir. Esta creencia se basa, fundamentalmente, en los testimonios de muchas personas que en un momento dado pensaron en quitarse la vida o incluso lo intentaron sin éxito y que luego consiguieron retomar sus vidas.

Los suicidios son el resultado del instinto humano de huir del sufrimiento. No son admirables ni heroicos, ni algo de lo que enorgullecerse ni avergonzarse

Desde la Comunidad, ¿qué iniciativas se han realizado o se planean llevar a cabo para abordar esta problemática?

Desde la Consejería de Salud y más concretamente desde el Servicio Murciano de Salud y la Gerencia de Salud Mental venimos trabajando en la puesta en marcha de diferentes acciones orientadas a la prevención. En Murcia, la Prevención del Suicidio se desarrolla actualmente en base a las líneas de trabajo del Plan de Acción para el Impulso y Mejora de la Salud Mental 2019-2022. Los objetivos que han guiado estas actuaciones son fundamentalmente contribuir a disminuir los intentos y muertes por suicidio mediante la detección temprana y la prevención de la reincidencia, la atención a familiares, el trabajo en red con otras instituciones y organizaciones y la mejora de la formación e investigación en aspectos relativos al suicidio.

Para ello hemos desarrollado una serie de acciones como la elaboración de diferentes protocolos y guías, una web de libre acceso alojada en Murciasalud que incluye información sobre factores de riesgo, señales de alerta, conductas a seguir y recursos de ayuda inmediata en la Región de Murcia; o la elaboración de un Protocolo de Prevención de Suicidio para las Unidades de Hospitalización Psiquiátrica. Además, lideramos a nivel nacional la coordinación de las diferentes comunidades autónomas que participan en la Joint Action (experiencia de aprendizaje compartido a nivel europeo) de Prevención de Suicidio. El Ministerio de Sanidad y Consumo seleccionó al Servicio Murciano de Salud para la representación española de todas las autonomías que se presentaron en la participación de una Joint Action de Salud Mental referente a la Prevención del Suicidio.

Por otra parte, en colaboración con el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, la Fundación para la Formación e Investigación Sanitaria (FFIS) y Janssen estamos diseñando un estudio de análisis de casos de muertes por suicidio en el que poder conocer otros datos como profesión, situación sociolaboral, exposición a situaciones de acoso en la escuela o en el trabajo, violencia de género o la situación familiar que son de gran interés. Este estudio se justifica debido a que en estos momentos estamos en una situación precaria en cuanto al conocimiento de los factores que rodean al suicidio, y a que los únicos datos de muerte por suicidio son ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística donde se recoge únicamente edad, género, lugar de pertenencia y método utilizado.

¿Qué pueden hacer los familiares y amigos de una persona que ha mostrado tener pensamientos suicidas?

Algunas recomendaciones para familiares o amigos de alguien que tiene pensamientos suicidas pueden ser hablar clara y abiertamente sobre el suicidio: expresar la preocupación, mostrar apoyo y escuchar de forma empática sin dramatizar; no juzgar y no dar opiniones sobre el valor de la vida, no prometer confidencialidad y buscar el apoyo de otros familiares y amigos y no dar consejos fáciles, sino ofrecer información sobre la ayuda disponible.

Es muy importante celebrar encuentros como esta I Jornada sobre Psicología y Suicidio que nos ayuden a conocer más acerca de la naturaleza de fenómenos tan complejos como este

¿Considera que el suicidio es un tema tabú en nuestro país?

Efectivamente, el suicidio es un tema del que no se habla. Se evita porque da miedo, y entonces sucede como que dejase de existir por el mero hecho de no mencionarlo. Sin embargo, según la OMS, hay evidencias de que hablar del suicidio no solo no incrementa el número de suicidios sino que lo reduce. Eso sí, siempre que la comunicación se haga bien. Los suicidios son el resultado del instinto humano de huir del sufrimiento. No son admirables ni heroicos, ni algo de lo que enorgullecerse ni avergonzarse. Para contribuir a acabar con un problema, o paliarlo dentro de lo posible, lo primero que debemos hacer es conocerlo, entenderlo y visibilizarlo.

¿Cómo deberían los medios tratar este tipo de noticias?

Existen numerosas guías y libros de estilo sobre la comunicación del suicidio en los medios de comunicación. Todas, siguiendo las recomendaciones de la OMS, señalan la necesidad de un tratamiento informativo que permita hacer llegar a la población la información adecuada sobre los recursos disponibles en materia de prevención. El silencio informativo no es una opción. El sensacionalismo, tampoco.

Algunos aspectos que deben ser tenidos en cuenta y que son fundamentales para informar con rigor sobre el suicidio son la elección de las fuentes y el seguimiento de las recomendaciones internacionales en el tratamiento informativo de la pieza con especial atención a la elección de los testimonios, además de no hacer un uso sensacionalista de la noticia ni de imágenes, no dar información detallada del método utilizado, evitar información del lugar, no ensalzar a la persona que se ha suicidado, no presentar la muerte por suicidio como algo normal ni como una solución a los problemas, tampoco como consecuencia de razones simplistas causa-efecto y no culpabilizar ni ensalzar innecesariamente la intervención de los medios de emergencias.

Debemos referirnos a la muerte por suicidio como un hecho, nunca un logro, resaltar las alternativas al suicidio proporcionando información sobre recursos, ofrecer información sobre los factores de protección y de riesgo, así como de señales de alarma, y transmitir información de la posible asociación con algún trastorno mental para lo que existe tratamiento y dispositivos de ayuda. En definitiva, ofrecer, siempre que sea posible, datos contrastados sobre la dimensión del problema en lugar de centrarse únicamente en la noticia.

Muchos investigadores consideran la factibilidad de evitar muchas muertes si ofrecemos recursos y técnicas de identificación de señales que rescaten a estas personas de la situación de crisis

Para finalizar, ¿cuáles son sus expectativas con respecto a la celebración de este evento de LA OPINIÓN? ¿Son importantes este tipo de actos para dar visibilidad a esta problemática?

Mis expectativas en relación a este evento y al Día Mundial de la Prevención de Suicidio son aumentar su visibilización y compartir, con profesionales de diferentes ámbitos, espacios y encuentros en los que debatir y aprender, así como expresar apoyo a los supervivientes del suicidio y a los familiares.

Es muy importante celebrar este tipo de actos y encuentros que nos ayuden a conocer más acerca de la naturaleza de fenómenos tan complejos como este para poder trazar líneas y consolidar acciones orientadas a prevenir los suicidios. Los suicidios nos afectan a todos y es responsabilidad de todos contribuir en su prevención. Así que agradezco enormemente al diario La Opinión de Murcia y al Colegio Oficial de Psicología de la Región de Murcia que hayan puesto en marcha esta iniciativa que nos permita contribuir a la mejora de la prevención de los mismos.