Para conmemorar el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que tiene lugar hoy, 10 de septiembre, LA OPINIÓN y el Colegio Oficial de Psicología de la Región de Murcia (COP-RM) han organizado la I Jornada sobre Psicología y Suicidio: ‘Tratamiento del suicidio en los medios de comunicación’. Este evento, que tiene lugar en el salón de actos del COP-RM, ha reunido a diversos profesionales del mundo de la comunicación, la salud y la política para analizar esta problemática desde el punto de vista de la salud y, sobre todo, cómo debería ser el tratamiento informativo de los suicidios y cómo pueden los medios ayudar a las personas que atraviesan una situación complicada y han pensado en el suicidio como solución.

Carmen Castelo, periodista del Colegio Oficial de Psicología de la Región, es la maestra de ceremonias de esta jornada que se celebra con la colaboración de la Consejería de Salud de la Comunidad y el Ayuntamiento de Murcia. En ella intervienen María Fuster, decana del COP-RM; José Antonio Serrano, alcalde de Murcia; Esther Nevado, concejala de Salud y Transformación Digital de la Región de Murcia; Delia Topham, presidenta de la Federación Murciana de Salud Mental; Arturo Andreu, decano del Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia; María José Lozano, psicóloga y Gerente de Salud Mental del Servicio Murciano de Salud; Guillermo Córdoba, miembro fundador de la Asociación Papageno, donde coordina el proyecto Periodismo Responsable; y Raquel Martínez, psicóloga de la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario de Torrevieja y coordinadora de la Fundación Española de Suicidología. El cierre estará a cargo de José Alberto Pardo, director del diario La Opinión de Murcia, y Juan José Pedreño, consejero de Salud de la Región de Murcia.

Durante esta I Jornada sobre psicología y suicido se presentará el ‘Manual para el tratamiento del suicidio por los medios de comunicación’ que ha realizado el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Este documento, consensuado entre profesionales de la información y profesionales de la salud, pretende ser un texto de ayuda para quienes tengan que transmitir información sobre suicidio. En él se recogen las principales recomendaciones y evidencias sobre el tema.

¿Por qué los medios no informan sobre el suicidio?

El suicidio es la principal causa de muerte no natural en España, donde se suicidan el doble de personas de las que mueren en la carretera. Además, después de los tumores, es la principal causa de muerte entre la población joven de entre 15 y 34 años. Sin embargo, es casi imposible encontrar noticias sobre suicidios en la prensa, las televisiones o la radio. El principal motivo es el efecto imitación, también conocido como ‘efecto Werther’. Dados los importantes factores de riesgo, además de la delicadeza que requiere la cobertura de los suicidios, solo se publican noticias relacionadas con el suicidio cuando el tratamiento de la información puede tener un efecto preventivo sobre la conducta suicida. La teoría del ‘Efecto Papageno’ indica que la exposición a informaciones sobre personas que han afrontado crisis de forma positiva y sin comportamientos suicidas ejerce un efecto protector.

Así, el manual del Ministerio señala que «las cifras de suicidio en España hacen necesario que se superen los hábitos tradicionales que abogaban por silenciar el suicidio en la prensa, un problema que sigue siendo tabú en múltiples entornos. Estamos ante un nuevo reto en el que es imprescindible la implicación y la colaboración directa de los medios de comunicación».

A continuación se detallan algunas de las pautas incluidas en el manual, sobre las cuales se debatirá en la I Jornada sobre psicología y suicido.

QUÉ NO HACER

  • No trate la muerte por suicidio de forma sensacionalista. En el titular, no use la palabra ‘suicidio’, ni concrete el método y lugar (los métodos y los lugares se imitan). 
  • Sea prudente en el uso de imágenes. No publique fotografías ni vídeos de la persona fallecida, del método empleado, de la escena del suicidio, ni fotos dramáticas. 
  • No publique notas suicidas. 
  • Evite situar la noticia en un lugar destacado. 
  • Evite informar sobre detalles específicos o la descripción explícita del método usado en el suicidio o intento de suicidio (un intento de suicidio se puede convertir en un suicidio). 
  • Evite aportar información detallada sobre el lugar del suicidio o intento de suicidio (los lugares de suicidio también se imitan). 
  • No glorifique a la persona que se ha suicidado. Tampoco la culpabilice. 
  • No presente la muerte por suicidio como algo normal. 
  • No presente la muerte por suicidio como una solución a los problemas, ni como un modo de afrontarlos. 
  • No presente la muerte por suicidio como consecuencia de razones simplistas causa-efecto. 
  • No utilice estereotipos religiosos o culturales. 
  • No exponga la conducta suicida como una respuesta comprensible ante los cambios sociales, culturales o la desvalorización. 
  • Evite las repeticiones injustificadas de una noticia sobre un suicidio. 

QUÉ HACER

  • Refiérase a la muerte por suicidio como un hecho, no como un logro. 
  • Resalte las alternativas al suicidio, ya sea mediante información genérica o mediante historias de personas, que ilustren cómo afrontar las circunstancias adversas, las ideas de suicidio, y cómo pedir ayuda. 
  • Proporcione información sobre recursos comunitarios y líneas de ayuda. Hay mucha gente: familiares, amistades, asociaciones, profesionales en los equipos de atención primaria, de salud mental y en otros recursos de salud, que puede ofrecer ayuda. 
  • Aporte información sobre factores protectores, factores de riesgo y señales de alarma.  
  • Transmita la posible asociación entre la depresión y otros trastornos mentales y la conducta suicida, trastornos tratables para los que hay tratamiento. 
  • Ofrezca un mensaje de solidaridad a los supervivientes en momentos de profundo dolor, y proporcione datos de contacto de los grupos de apoyo para supervivientes. 
  • Aproveche la oportunidad para instruir a la población acerca de los hechos sobre el suicidio y su prevención, y no difunda los mitos sobre el suicidio. 
  • Siempre que sea posible, intente reflejar la magnitud del problema (10 suicidios al día en España, primera causa de muerte externa desde el año 2008, doble de personas fallecidas que por accidente de tráfico), en lugar de centrarse única y exclusivamente en el hecho en sí. 

Falsas creencias y mitos en torno al suicidio

No es cierto que todas las personas que mueren por suicidio o lo intentan sufran un problema de salud mental:

Es cierto que las personas que sufren trastornos mentales mueren a causa del suicidio en una proporción mucho mayor que la población en general, la proporción de suicidio consumado asociado a trastorno mental es alrededor del 80- 90% (múltiples trastornos mentales favorecen la aparición de tendencias suicidas), pero la cuestión que parece ser común en el suicidio es la existencia de un gran sufrimiento emocional.

No es correcto suponer que el suicidio afecta solamente a una determinada clase social:

Las personas que mueren a causa del suicidio se encuentran en todas las escalas sociales. El suicidio es una conducta humana que se presenta en países en vías de desarrollo, desarrollados, y en cualquier clase de régimen político. Parece que estadísticamente se produce en mayor proporción en los países desarrollados, pero su condición multifactorial hace que afecte a todo tipo de personas.

No es correcto pensar que sólo los profesionales de la salud mental pueden tratar con personas que tienen ideas suicidas:

Está demostrado que hablar y razonar sobre esos pensamientos con la persona que los sufre contribuye a reforzar ideas positivas que le pueden alejar de esos impulsos. Ofrecer distintos puntos de vista que ofrezcan otras soluciones, otras salidas puede ser una posibilidad real de que esa persona reconsidere sus planteamientos de suicidio.

No es correcto asociar cobardía o valentía a las personas que mueren a causa del suicidio o hacen una tentativa:

Los pensamientos y comportamientos suicidas no son debilidades o fallos personales. Entenderlos de esa forma va a reducir el apoyo y tratamiento adecuados por profesionales de la salud mental. Y a la inversa, asociarlo a valentía puede reforzar una conducta que pueda parecer ser considerada como digna de imitar.

No es cierto suponer que quien realmente se quiere suicidar no lo dirá:

Esto contribuye a infravalorar las peticiones de auxilio que, de manera más o menos consciente, hacen las personas que se encuentran en esa situación. Se estima que alrededor del 75% de las personas que consuman un suicidio hicieron alguna advertencia antes de llevar a cabo la acción.

No es correcto afirmar que el que intenta suicidarse no dejará de hacerlo:

Los pensamientos suicidas pueden regresar al cabo del tiempo, pero no son para siempre. En muchos casos, superada la crisis no aparecen nunca más. Las crisis suicidas pueden prolongarse a lo largo de horas, días, pero raramente por más tiempo, lo más importante es disponer de recursos para facilitar la intervención si se producen.

Consulta al completo el manual del Ministerio para el tratamiento del suicidio en los Medios