Unos 100.000 escolares de Educación Infantil y Primaria (de 3 a 11 años) de 17 municipios, entre ellos Murcia y Cartagena, regresan ayer a las aulas en un curso que volverá a estar marcado por las medidas de prevención de contagios de la covid-19, que los menores ya controlan a la perfección. A las puertas del colegio Federico de Arce, en Murcia, se respiraba un ambiente festivo entre los niños, la mayoría ilusionados con la idea de volver a ver a sus compañeros y profesores, aunque también se dejaban ver algunas lágrimas entre los más pequeños. Las mascarillas, las entradas ordenadas por diferentes grupos de convivencia y las distancias no suponían ningún problema para unos chavales que ya acataron esas normas el curso pasado, logrando que el año se cerrara con bajas cifras de contagios: solo un 0,95% de los alumnos y un 1,2% de los profesores.

El director de centro y presidente de la asociación Direcmur, Rubén Escavy, recordó la obligación de que todos acudan al centro con la mascarilla y resaltó el esfuerzo hecho por los centros educativos para mantener los «grupos burbuja» incluso en los horarios de recreo o comedor. En su opinión, este curso arranca con menos dudas y miedos por parte de los padres, que ya cuentan con la experiencia del curso pasado.

Cristina A., que tiene dos hijos de 4 y 9 años en este colegio, coincide en que las medidas puestas en marcha hacen del centro un entorno seguro, pero cree que se debería aprovechar la coyuntura actual para reducir las ratios de alumnos por clase y aumentar el número de profesores.

Para Elena F., con una hija de 7 años , las medidas adoptadas han tenido algo de positivo: se ha instalado mobiliario en los patios y se han aumentado las actividades lectivas al aire libre, unas mejoras que confía en que se conviertan en permanentes.