Para entender el primer impacto que ocasionó en el Mar Menor la apertura de un canal artificial llamado Marchamalo hay que remontarse a 1878, cuando se creó esta conexión entre la laguna y el mar Mediterráneo para instalar encañizadas de pesca. El entonces nuevo canal, sumado a las tormentas en aquellos años que rompieron la barrera arenosa que hoy conocemos como La Manga, provocó un descenso drástico de la salinidad y modificó la biología de la albufera. De 70 gramos de sal por litro a 52 (hoy los niveles son de entre 42 y 43 gramos), más la introducción de treinta nuevas especies de moluscos y peces que se establecieron en la laguna.

En el presente, el Comité de Asesoramiento Científico del Mar Menor puso encima de la mesa en la tarde del viernes la posibilidad de dragar esta gola como medida de «emergencia» para oxigenar la cubeta sur del Mar Menor, donde se ha instalado una bolsa anóxica que ha provocado la muerte de decenas de miles de peces, sino cientos de miles. Los investigadores conocen el riesgo que conlleva esta medida, pero la decisión final la tomó el Gobierno regional sabiendo que el Ministerio para la Transición Ecológica jamás la permitiría. No todos los expertos, incluso los que no asistieron por la premura de la convocatoria, estaban convencidos de que el dragado fuera la mejor opción. El propio Comité ya había descartado esta opción en la anoxia de 2019.

Y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, valoró ayer por primera vez, y tras pasar seis días de la primera jornada de mortandad masiva, la situación del Mar Menor. Para su departamento, dragar la gola de Marchamalo sería «sacrificar la laguna, quizá de forma irreversible». Por la vía de urgencia, la Comunidad quería actuar sin informe de impacto ambiental del Ministerio: «Quizá el Mar Menor se oxigenase, pero se alteraría su salinidad, superior a la del Mediterráneo y entrarían más especies invasoras». El presidente regional llegó a decir que las máquinas estarían en la gola desde el mismo viernes por la noche y que si el Ministerio no da luz verde, irá a la Justicia.

Respecto a la petición de Miras de trasladar las competencias de Costas y sobre la cuenca vertiente del Mar Menor a la Comunidad, el departamento ministerial Teresa Ribera recuerda que las competencias sobre los espacios protegidos costeros «ya son del Gobierno murciano», al igual que las competencias sobre agricultura y ganadería, vertidos de tierra a mar o la depuración de agua. «No hay un conflicto de competencias; el Ejecutivo de López Miras tiene todas las competencias que necesita para actuar». En una entrevista en Radio Nacional, Ribera tachó de «disparate» y de «cortina de humo» la cesión de Costas y de las ramblas y canalizaciones del Campo de Cartagena a la Región.

La ministra reclamó a Miras y al consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Antonio Luengo, que dejen «de hacer caso a Vox, que hace gala de su ignorancia», y hagan caso «a lo que les recomiendan las organizaciones científicas y la propia Fiscalía». La cuarta vicepresidenta del Gobierno central tachó de «irresponsables» y de «cinismo» las actuaciones que ha llevado a cabo el Gobierno regional hasta ahora y desde 2019, tres años donde no se ha hecho «absolutamente nada» por parte del Ejecutivo autonómico.

Ocasionaría «daños irreversibles»

El Instituto Español de Oceanografía ha descartado en varias ocasiones, incluso en el último informe sobre estado del Mar Menor que encargó Transición Ecológica, la apertura de las golas para diluir el exceso de nutrientes con el agua del Mediterráneo; y ahora también lo desaconseja aunque haya falta de oxígeno. El investigador del IEO Juan Manuel Ruiz califica la medida «surgida de la improvisación» como «poco realista y que no conseguiría paliar la situación» de anoxia. Ruiz, que ha descartado que la temperatura sea un factor «relevante» en el episodio de mortandad que se vive desde el lunes, ve una «falta de base científica» en esa propuesta de dragado que «haría perder al Mar Menor su identidad y causar daños irreversibles», una laguna que ya vivió otro fuerte impacto con el ensanche del Estacio.

La doctora en Biología Julia Martínez y el catedrático de la UMU Miguel Ángel Esteve también tacharon de «ineficaz» la medida en un análisis en 2020 sobre el colapso de la laguna: « El Mar Menor como tal desaparecería, quedando convertido en una bahía del Mediterráneo».

La doctora en Ecología Francisca Giménez Casalduero recuerda que hay que evitar que los niveles de salinidad del Mediterráneo rebajen los que tiene el Mar Menor, un proceso conocido como ‘mediterraneización’. El proceso rompería una ‘barrera protectora’ que impide la entrada del patógeno que ya ha matado a millones de ejemplares de nacras en la costa española. «Conectar las dos masas de agua sería colocar la espada de Damocles sobre poblaciones como la nacra, una especie que nos ha ayudado a contener el proceso de eutrofización por su capacidad filtradora».

Javier Gilabert, investigador de la UPCT que ha estudiado los fenómenos hidrodinámicos entre ambos mares, está de acuerdo en que es una medida «difícil», un «medida paliativa» que podría traducirse en «realizar un calado mínimo» para estudiar «si esto daría un respiro» a la fauna de la laguna.

Todos los investigadores consultados están de acuerdo en que la medida principal es cortar los vertidos al Mar Menor, cargados de nutrientes de origen agrícola y urbano.

Hugo Morán visitará la Región el próximo martes

La ministra anunció ayer que el próximo martes el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, visitará la Región para reunirse con la comunidad científica, ecologistas y asociaciones vecinales del Mar Menor. El presidente Miras espera que también se pueda reunir con Morán para «que de esa reunión salgan públicamente compromisos y actuaciones concretas de todas las administraciones».