El Gobierno valenciano ha resuelto reparar el sellado y la restauración ambiental del vaso C del clausurado vertedero de Proambiente en Abanilla por los daños que se han detectado a causa de la DANA de septiembre de 2019 y las fuertes lluvias que hubo en mayo de este año. Las obras se ejecutarán mediante la declaración de emergencia por el riesgo que hay de fugas de lixiviados en el dañado vaso del basurero, a caballo entre la pedanía oriolana de La Murada y el municipio murciano de Abanilla.

Los trabajos de reparación del sellado del vaso y de su restauración ambiental ascienden a 360.138 euros, que sufraga la Generalitat al estar en terrenos de La Murada y que hará la empresa pública Tragsa, con un plazo de ejecución de cinco meses. El vaso, que ya se había restaurado y sellado, ha sufrido importantes daños por las lluvias que han provocado deslizamientos y el desmoronamiento de los taludes en parte de la obra ya ejecutada.

Las intensas lluvias, junto con la no ejecución integral del sellado del vaso C, compartido por ambas regiones, que el gobierno murciano ejecutó más tarde, provocaron en el ámbito de la Comunidad Valenciana desprendimientos del material en taludes y desbordamientos en las cunetas y bajantes de pluviales, al no estar conectadas con los puntos de vertido situados en el lado de la Región de Murcia, lo que ha ocasionado el deslizamiento de parte de la tierra de recubrimiento de ciertos sectores del vaso C y, puntualmente, la rotura del anclaje de la lámina, además de la generación de cárcavas en la mayor parte de los taludes. Además, las fuertes lluvias que hubo en mayo de este año, principalmente el día 23, han agravado los deslizamientos y provocado un desmoronamiento importante de los taludes de parte de la obra ejecutada, empeorando notablemente la configuración general del sellado realizado.

Dichos desperfectos en la obra, señala la resolución de la declaración de emergencia de los trabajos, «deben repararse de manera inmediata al objeto de asegurar la estabilidad de la obra de sellado, evitar afecciones al medio ambiente y reducir al máximo el riesgo al que se expone a la población y a los bienes». Además, se advierte de que el coste de tener que sellar de nuevo el vaso es muy superior a su arreglo.

Las instalaciones contenían una serie de vasos de vertido y enterramientos de residuos no controlados durante años. Tras entrar en concurso de acreedores la mercantil propietaria, de la familia del polémico empresario oriolano Ángel Fenoll, los vasos quedaron abandonados, sin control ni supervisión, por lo que las administraciones murciana y valenciana se han ocupado en estos seis años de sellar definitivamente el vertedero, para lo que han invertido, subsidiariamente, 8,8 millones de euros (la mayor parte, 6,5 millones, la ha asumido la Región de Murcia, donde pertenece el 72% de la instalación). El Gobierno valenciano acometió hace meses los trabajos que le correspondían, no así la Región de Murcia, que los acabó hace solo dos semanas, dando por definitivamente clausurado el vertedero. No obstante, los daños en el vaso C obligan a actuar de emergencia.

Una vez finalizados los trabajos quedará la vigilancia y el mantenimiento post-clausura del vertedero, y la gestión de lixiviados, durante 30 años, lo que se estima en 6.326.325 euros a sufragar por ambos gobiernos regionales, que tienen abierto un procedimiento judicial para reclamar a los propietarios la cuantía económica invertida en la restauración y mantenimiento de la instalación.