La aparición de miles de peces muertos en la orilla de varias playas de la zona sur del Mar Menor ayer trajo consigo el temor a una réplica del episodio de anoxia vivido en 2019 en el Mar Menor. Este lunes, los arenales de Los Nietos, Los Urrutias, Mar de Cristal y la Cala del Pino amanecieron con imágenes que no invitaban al baño: en la orilla había miles de peces alevines muertos, sepias y pulpos, así como quisquillas que trataban de salir del agua. Además, agua adentro la escena se repetía. Ante esta situación, varios padres trataban de convencer a sus hijos de que no se bañasen, pese al intenso calor de la jornada.
Desde la Consejería de Medio Ambiente se movilizó a agentes medioambientales y operarios para que retirasen los restos de los animales con la intención de recuperar la normalidad lo antes posible. Así, miembros de la comunidad científica, biólogos de la Universidad de Murcia, así como expertos de la UPCT se desplazaron a estas playas para recoger muestras y tratar de averiguar el origen del incidente.
El investigador y profesor de Ingeniería Química de la UPCT Javier Gilabert descartó ayer que se tratase de una situación similar a la de 2019 y achacó la muerte masiva de peces a las altas temperaturas: «El Mar Menor está a una temperatura de 30 grados, inusualmente alta. El oxígeno del agua depende de esa temperatura, cuanto más alta, menos oxígeno hay y eso afecta a las especies más pequeñas, que pueden ser más sensibles a las variaciones». Gilabert reconoció que el nivel de oxígeno, de 4 miligramos por litro, es bajo, pero insistió en que no se trata de anoxia, ya que de ser así habría afectado a especies de mayor tamaño. También admitió que «en algunas zonas puede haber una mayor actividad biológica bacteriana que consume ese oxígeno y deja valores menores. Pero no es la situación que teníamos en 2019. Cuando se ha levantado viento, los valores han mejorado».
Desde el IEO señalan a la «gran cantidad de materia orgánica» como la responsable de lo ocurrido en la laguna
«No podemos decir que el Mar Menor esté en muy buenas condiciones, pero no podemos esperar un desastre como el que vivimos en 2019», afirmó.
En la misma línea explicó ayer el catedrático de Ecología de la UMU y portavoz del Comité de Asesoramiento Científico del Mar Menor, Pérez Ruzafa, el episodio vivido ayer. «Las muestras se han tomado en las zonas afectadas y ahí no se han destacado valores bajos de oxígeno», aunque recordó que en los próximos días se sabrán los datos de zonas más profundas que se estuvieron recogiendo a lo largo del lunes. Asimismo, achaca lo ocurrido a «un cambio brusco de temperaturas que puede afectar a algunos ejemplares».
«Vamos a observarlo 24 horas»
El director general de Medio Ambiente, Fulgencio Perona, explicó ayer que se desplegó un dispositivo desde las 6 de la mañana para controlar la situación. «Vamos a estar las 24 horas en los próximos ocho o diez días observando el estado del litoral, tanto a través de agentes medioambientales como de trabajadores del Medio Natural, para que en cualquier momento en el que haya un episodio puntual podamos estar en el punto en 20 o 30 minutos».
Por su parte, la portavoz del PP en la Región, Miriam Guardiola, criticó que «el Gobierno de España ha abandonado el Mar Menor, ya que cuenta con el 80% de las competencias y no ha hecho nada por su recuperación». También insistió en que la laguna salada ha tenido una evolución estable este año, aunque «hemos estado avisando de manera permanente de que el Gobierno central no impide la entrada de agua con nutrientes por la rambla y el acuífero, algo que pone en peligro el ecosistema». No obstante, puntualizó que «lo ocurrido no ha sido un caso de anoxia, sino una subida de la temperatura del mar por la ola de calor».
«Poner pasarelas no basta»
El portavoz de la Plataforma Pacto por el Mar Menor Ramón Pagán señaló ayer que lo vivido en las playas de la zona sur este lunes son «los primeros síntomas de falta de oxígeno en el agua, de anoxia». Además explicó que las altas temperaturas sumadas a la «gran cantidad de nitratos y fertilizantes han generado la proliferación masiva de algas, tanto en el fondo del mar como en la columna de agua». Según matiza, estas algas se descomponen y en este proceso absorben oxígeno y dan lugar a la anoxia y la muerte de los peces en último lugar.
Pagán señaló a los vertidos de la rambla del Albujón, la ganadería y la agricultura intensivas como principales impedimentos para la mejora de la laguna salada. «Con poner pasarelas para que la gente pueda pasar por encima del cieno no solucionamos el problema. Son cuidados paliativos a un enfermo que se está muriendo».
Expertos de la UMU y la UPCT apuntan a la subida de las temperaturas como origen de la muerte.
Por otro lado, pidió la colaboración del Gobierno del Estado, pero puntualiza que también hay que mirar para casa: «El Gobierno regional debe dejar de poner excusas, Madrid no tiene toda la responsabilidad y la solución pasa por cumplir la ley, que fue de mínimos y ni siquiera se cumple».
«Las consecuencias pueden afectar no solo a la agricultura, también a la sociedad, ya que hay mucha gente que trabaja alrededor del Mar Menor: hostelería, comercios, y pueden quedarse sin su empleo», alertó Pagán, al tiempo que mostró preocupación por lo que pueda pasar en los próximos días: «Podemos pasar a un escenario de anoxia y de mortandad masiva de peces. La fase final de eutrofización es muy rápida. Se llega al colapso en cuestión de días. La situación va a depender de la meteorología».
Las temperaturas no son la causa
El investigador del Instituto Español de Oceanografía Juan Manuel Ruiz descarta que las altas temperaturas sean las responsables de la muerte masiva de peces, sino que «pueden desencadenar episodios de anoxia debido a cantidad de materia orgánica en el sistema». Asímismo, destacó que el problema del ecosistema «no es la entrada de agua, sino de nutrientes».
El también técnico del IEO y miembro de la Asociación Hippocampus Miguel Vivas advierte de que «esto es solo un aviso. Empeorará más y tendremos más episodios como este». Además, señala que lo que se ve en la orilla «se está gestando en el interior de la cubeta. Hay grandes bolsas de anoxia en el interior del Mar Menor y cuando se trasladan a alguna zona, los peces huyen hasta que se topan con la orilla y no tienen escapatoria».
Vivas opina que en esta ocasión «la Administración no tiene una DANA para presentarse como víctima de lo ocurrido» y asegura que «puede haber progreso, agricultura y empleo sin destrozar el ecosistema».
«La laguna está en declive»
Desde Ecologistas en Acción, Pedro Luengo admite que «era algo que esperábamos que volviera a suceder», ya que, asegura, han registrado varios momentos puntuales parecidos en los últimos años y critica que la solución se deje en manos de las condiciones climatológicas -«si hace más viento o menos»-. «El ecosistema está en declive, tiene cada vez menos capacidad de respuesta ante cualquier agresión y no se están tomando medidas para que dejen de entrar nutrientes». Ante esta situación, augura que este tipo de episodios «volverán a repetirse, serán más frecuentes, aunque quizá no con la magnitud de 2019».