A escasas cuatro semanas de comenzar el curso escolar, la vacunación para los escolares de 12 a 18 años continúa en la Región y el objetivo es que estén inmunizados o al menos con una dosis antes del inicio de las clases casi 130.000 personas pertenecientes a esta franja de edad. Una de las esperanzas de la comunidad educativa para lograr un curso tranquilo en cuanto a la covid se refiere es que esta tasa de vacunados roce el 100%, porque entienden también que no todos acabarán por recibir una dosis.

Las asociaciones de padres y madres de los centros educativos y los directores de los institutos creen que será residual el número de alumnos que lleguen a clase en septiembre sin vacunar y que no lo hagan durante el resto del curso por la negativa de sus padres. Desde los centros de Secundaria no tienen constancia de movimientos de padres en contra del fármaco contra la covid ni tampoco preocupa las consecuencias de la protesta de una asociación antivacunas en la sede de la Consejería de Educación hace escasas semanas.

Pese a ello, toda precaución es poca. Las federaciones regionales de asociaciones de padres ven con buenos ojos que las consejería de Salud y Educación incluyan en la guía de inicio de curso (el documento base con las medidas anticovid para los centros) algunas restricciones concretas y especiales para los alumnos que no se han vacunado. Precisamente en la próxima reunión del Comité Covid se estudiarán acciones determinadas para los empleados sin vacunar de las residencias en la Región.

El Servicio Murciano de Salud permite que los mayores de 16 años puedan decidir sobre su vacunación y no haría falta que fueran acompañados de sus padres a los centros donde se están administrando las dosis. Por contra, para los menores de 12 a 16 años, en caso de que haya opiniones dispares entre el propio menor y sus progenitores, será la decisión del menos la que prevalezca, amparándose en la autonomía del paciente. Este caso se daría si el joven no tuviera una discapacidad intelectual o algún problema que merme su capacidad de decisión, según el SMS.

Con este protocolo en la mano, padres y directores inciden en la necesidad de vacunarse y desde los propios centros así lo recuerdan a los progenitores, intentando potenciar así la campaña de vacunación entre los escolares mayores de 12 años. «Dada la evidencia científica de que las vacunas son efectivas, nos parece un gesto de irresponsabilidad con los demás y con uno mismo negarse a la vacunación» señala Marisa Maldonado, presidenta de la FAPA-RM Juan González, «no vacunar a un niño en edad escolar no supone sólo un riesgo para él y su familia, sino para toda la comunidad educativa del centro al que acude».

José Antonio Abellán, secretario técnico de Confapa, percibe entre las AMPA un trabajo importante a la hora de aclarar dudas a los padres sobre la vacunación y los beneficios que tendría tener una alta tasa de alumnos con la pauta completa en septiembre. «Las consejerías deberían plantear medidas especiales para aquellos alumnos que no estén vacunados», señala, al tiempo que considera estas actuaciones concretas como una medida de presión a los padres.

Hasta el pasado 4 de agosto un total de 65.649 personas entre 12 y 19 años ya tenían administrada la primera dosis de Moderna o Pfizer, los dos fármacos que se están empleando para esta franja de edad. Según datos actualizados de la Consejería de Salud, la cobertura a esta franja de edad con la primera dosis alcanza el 54,8%.

Pese a todo, organizaciones como Confapa se muestran preocupados por los protocolos sanitarios del próximo curso y demanda una actuación especial de limpieza en los centros, la bajada de ratios en las clases, un aumento de las plantillas docentes para garantizar un reparto de alumnos por aula que permita la distancia entre ellos e incrementar el número de orientadores y enfermeros escolares en los centros.