«Acepté una reunión con Francis Martínez (presidente de la Asociación Libertas Sui Iuris), pero cuando me enteré de la que habían montado, le dije que eso era un circo y anulé la cita». Así explica Mabel Campuzano por qué canceló el encuentro de ayer con varias asociaciones que rechazan los planes de vacunación de escolares con una fórmula que consideran «experimental y sin el debido consentimiento informado».

Pese a que no iba a haber reunión, alrededor de cuarenta personas de las asociaciones Libertas Sui Iuris y Por el Futuro de Nuestros Hijos y de la plataforma Madres de la Glorieta acudieron a las puertas de la Consejería de Educación para manifestarse en contra de los protocolos covid en los centros educativos y de la vacunación de los menores. Ninguna de ellas portaba mascarilla.

Francis Martínez, que también acudió a la concentración, considera que Mabel Campuzano rechazó reunirse con él por «presiones». Niega que los que estaban allí presentes fueran «negacionistas, antivacunas o terraplanistas» y asegura que tan solo quería hablar con la consejera de los «problemas que ha provocado en los niños el año escolar de la pandemia» para así poder trabajar en medidas para el curso que viene. «Los niños no socializan y sufren depresiones», denuncia.

Las cuatro asociaciones allí presentes creen que «a los niños no les afecta la pandemia», por lo que «es innecesario obligarles a vacunarse».

María Mayor, de Madres de la Glorieta, defiende que «el sistema inmunológico de los menores es más fuerte», por lo que también rechaza que les pinchen la vacuna. Esta plataforma aprovechó la concentración para repartir panfletos en donde se podía leer «No a la experimentación con niños. No a la vacunación infantil».

Mientras todo esto ocurría, la consejera de Educación continuaba con su agenda: «Adelanté otras reuniones que tenía previstas. Ni me enteré de lo que pasó fuera».