La Confederación Regional de Organizaciones Empresariales de Murcia (Croem) lamentó que «los riesgos pandémicos no se desvanecen» aunque, durante el segundo trimestre de 2021, se ha profundizado en el proceso de recuperación de la actividad económica, con una velocidad superior incluso a la inicialmente esperada.

Así aparece reflejado en el Boletín de Coyuntura Económica de la patronal relativo al segundo trimestre de 2021, que destaca que esta dinámica «no es fruto de la casualidad, sino consecuencia de una conjunción de factores favorables».

A su juicio, el factor más determinante, sin duda, es el «intenso ritmo de vacunación alcanzado a partir de mayo, que ha permitido unas mayores tasas de inmunización colectiva». Por una parte, ello ha tenido un impacto directo en los niveles de confianza de consumidores y empresarios, con la consiguiente mejora de las expectativas y la revitalización del consumo.

Por otra, Croem destacó que ha permitido «ir aligerando progresivamente las restricciones de movilidad y de actividad económica, con consecuencias beneficiosas para el desempeño de muchos negocios». «El más ilustrativo, aunque no el único, es el asociado a la hostelería y el turismo», según Croem, que considera por ello que las líneas de actuación futuras «quizás debieran pivotar en torno a tres aspectos principales».

El primero de estos aspectos, en su opinión, es «la indiscutible protección de la salud de los ciudadanos», y el segundo, garantizar el desarrollo de la actividad económica respetando aquellas normas sanitarias que eviten la propagación del virus. En tercer lugar, apuesta por promover ayudas a empresas viables que se hayan visto más afectadas por causas sobrevenidas de las que no son responsables.

En este sentido, Croem cree que las líneas aprobadas recientemente por el Gobierno regional y los fondos europeos -que posiblemente comenzarán a llegar antes de que finalice el año- «apuntan en la buena dirección», pero estima que «deberían ser complementadas por otras de carácter más amplio, adoptadas de manera coordinada en todos los niveles de administración y que lleguen con la mayor rapidez y agilidad a los destinatarios finales».

Respecto a la economía regional, Croem subraya que los niveles de producción «siguen remontando en el segundo trimestre, favorecidos por la progresiva relajación de las medidas de distanciamiento social y la intensificación en el ritmo de vacunación, de modo que, todavía con una elevada incertidumbre, las previsiones de crecimiento para el conjunto del año se sitúan entre el 3,4% y el 9,7%». Ahora bien, advirtió que la evolución resulta ciertamente diferenciada en los distintos sectores económicos.

Así, la Agricultura se muestra por lo general con comportamientos negativos, a su vez, el sacrificio de ganado obtiene buenos resultados, mientras la pesca desembarcada en el Puerto de Cartagena continúa con su mala tendencia. Por su parte, el sector industrial registra un cambio de tendencia en el segundo trimestre superando las cifras negativas dadas en el primero; y en Construcción la obra pública sigue al alza cuadruplicando las licitaciones de 2020 y, en la variante residencial, «repuntan el inicio de nuevas viviendas y la compraventa, aunque preocupa el fuerte encarecimiento de la mayoría de materias primas básicas del sector».

Por otro lado, el sector Servicios «ha recuperado más de la mitad de las ventas perdidas desde 2019, aunque con una evolución muy desigual en las distintas ramas». Así, la patronal señala que el balance más positivo en comercio aunque sin retornar a los valores prepandemia.

El Gobierno regional acumuló entre enero y mayo 220 millones de euros de déficit público, diferencia negativa entre sus ingresos y gastos que supone el 0,7% de su producto interior bruto (PIB), el tercero mayor de España por regiones, cuando en el mismo período de 2020 solo sumaba 25 millones, el 0,09% del PIB. El conjunto de las administraciones públicas españolas, salvo las corporaciones locales y excluidas las ayudas financieras, acumularon un déficit de 36.074 millones de euros entre enero y mayo, una cifra que equivale al 2,98% del PIB y que es un 27,7% inferior a la del mismo periodo del pasado año.

Según el Ministerio de Hacienda, los datos de ejecución presupuestaria publicados ayer se ven impulsados por el efecto positivo de la reactivación económica gracias al avance de la vacunación. De esta manera, el déficit público al cierre de mayo se encontraba todavía lejos de la previsión para el conjunto del ejercicio, que es del 8,4% del PIB.

El desglose por subsectores muestra que la Administración central concentraba al cierre de mayo la mayor parte del déficit -31.365 millones, un 5,1% menos-, equivalente al 2,59% del PIB, por debajo de la referencia del 6,3% del PIB para final de año. La Administración central ha asumido la mayor parte del gasto asociado a la pandemia a través de transferencias a otras administraciones. Más intensa fue la reducción del déficit de los fondos de la Seguridad Social -baja un 80%, hasta 2.971 millones-, en parte gracias al aumento de los ingresos por cotizaciones sociales y la reducción de los gastos.