El holandés Kees Veldboer Saw, fundador de la Fundación Ambulancia del Deseo, ha fallecido de forma repentina a los 62 años como consecuencia de un infarto.

Así lo han anunciado los miembros de la Ambulancia del Deseo de Murcia, quienes estaban muy unidos a Kees, ya que fue quien les apoyó en la puesta en marcha del proyecto en España, cuyo origen está en la Región de Murcia gracias al empeño de los sanitarios Manuel Pardo, José Manuel Salas, Carolina Cánovas y Laura Juguera.

A través de las redes sociales los responsables de la Fundación Ambulancia del Deseo han dado a conocer la triste noticia por la que "hoy toda la familia de Ambulancia del Deseo está de luto". En este caso, han lamentado profundamente la pérdida inesperada de su fundador. "No tenemos palabras para expresar lo duro que es este momento", afirman, al tiempo que señalan que "nunca olvidaremos lo que Kees nos enseñó, trabajaremos cada día por su sueño".

Uno de los fundadores de la Ambulancia del Deseo en España, el enfermero Manuel Pardo, explica que "ha sido todo muy repentino, aún no nos lo creemos".

Kees Veldboer ha estado en la Región de Murcia en varias ocasiones. Su primera visita fue en 2018 al Congreso del Foro URGE de Humanización de Urgencias, Emergencias y Catástrofes, donde se anunció la puesta en marcha en Murcia de este proyecto solidario que ayuda a pacientes en la última etapa de su vida a cumplir un deseo. Tras esto, volvió a Murcia en 2019 a presentar de forma oficial junto al presidente regional, Fernando López Miras, la primera ambulancia de la Fundación, en enero de 2020 volvió, junto a su mujer, para traer a un paciente holandés a visitar la Catedral de Murcia para cumplir así uno de sus últimos deseos. El último viaje de Kees a Murcia fue hace dos meses, cuando acudió a la inauguración de la sede de la Fundación Ambulancia del Deseo.

Desde la Fundación explican que todo este proyecto solidario nació en 2007 cuando, Kees Veldboer, conductor de ambulancia, trasladó al marinero Mario Stefanutto y de camino al hospital se desvió de la ruta hacia el puerto, ante lo que "quedó produndamente conmovido por la inmensa felicidad que Mario experimentó". Entonces, tomó prestada una ambulancia de su empresa y le organizó una ruta por el puerto de Rotterdam. "Se sorprendió de lo fácil que le había resultado hacer que Mario terminase su vida de una forma tan especial gracias a unas simples llamadas telefónicas y apenas dos meses más tarde la Fundación Deseo era una realidad".

Hoy la Fundación dispone de más de un centenar de sanitarios voluntarios con el conocimiento y preparación adecuada que hacen realidad estos deseos en varios países.