«Privar del honor de que el aeropuerto lleve el nombre de Juan de la Cierva con juicios morales sospechosos y con argumentos que no tienen en cuenta su legado aeronáutico y su gran contribución al desarrollo de la aviación, se antoja tan torticero como despachar la Guerra Civil sólo como la defensa de intereses oligárquicos». 

Así se expresa Francisco Javier Guillamón, catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Murcia (UMU), en el informe elaborado a petición del rector, José Luján, después de que el Gobierno regional solicitase a la institución docente que un historiador se pronunciase sobre la figura del inventor murciano.

A juicio de Guillamón, «para la Segunda República tan enemigos fueron sus gestores como los que se sublevaron por la forma de aplicarse los legítimos objetivos republicanos». 

«Dejen en paz a los muertos»

«Es hora de dejar de tener los ojos en sangre, pleiteen entre los vivos y dejen en paz a los muertos. Admitir tales juicios morales y descontextualizados contra este murciano universal, es un insulto a la historia de Murcia», hace hincapié.

Asimismo, el informe insiste en que De la Cierva no era franquista, dado que «el franquismo no existía en julio de 1936, es un hecho establecido». «El que fuera monárquico y conservador no le convierte en franquista porque muere unos meses después», apunta el profesor.

Guillamón alude a su colega Ángel Viñas (autor del informe histórico en el que se basó el Gobierno de Pedro Sánchez para argumentar su rechazo a que el aeródromo de Corvera lleve el nombre del inventor) y dice que «tanto Viñas como yo mismo tuvimos que jurar los principios fundamentales del movimiento, de lo contrario no hubiéramos sido funcionarios públicos y eso no nos hace ser necesariamente franquistas».

«La verdad es la verdad, lo diga Agamenón o su porquero, y puede ser verosímil por opinable o científica. Personalmente opino que De la Cierva intervino como intermediario, pero no le hace ser necesario para un golpe de Estado, como tampoco hace necesario que lo sea media España», remarca el docente de la UMU. «Por el contrario, es demostrable que tanto Mola como Largo Caballero fueron los verdaderos y necesarios directores de la Guerra Civil», añade.