La Fundación Ingenio considera que la preservación del ecosistema del Mar Menor no pasa por destruir la actividad que representa el motor socio-económico de la Región de Murcia y el Campo de Cartagena, sino por la puesta en marcha de una serie de medidas e infraestructuras totalmente sostenibles.

Muchas de las obras y actuaciones que eliminarían en gran parte la posible afección del regadío al Mar Menor ya han sido contempladas en la Planificación Hidrológica desde hace décadas, «por lo que no se entiende cómo todavía no se han ejecutado», consideran desde Fundación Ingenio, entidad que, con la participación de un comité de expertos científicos, ha diseñado el Anillo Protector Ambiental que aúna propuestas previas e incorpora actuaciones nuevas con el objetivo de recuperar definitivamente el Mar Menor.

Los tres pilares del anillo protector ambiental son:

Buenas prácticas agrícolas. Los agricultores históricamente han demostrado su resiliencia para adaptarse a los nuevos escenarios tecnológicos, climáticos y medioambientales. En ese sentido, Fundación Ingenio incorpora al Anillo Protector Ambiental la optimización constante de las prácticas agrícolas, tomando como ejes rectores la sostenibilidad y el uso eficiente de los recursos, así como la innovación y la digitalización.

Reducción de la descarga subterránea. Uno de los principales problemas del Mar Menor en la actualidad es la entrada de agua dulce, tanto superficialmente como subterráneamente, ya que la misma aporta sedimentos cargados de nutrientes. «Al respecto, hay que indicar que la alta carga de nutrientes del Acuífero Cuaternario no tiene nada que ver con las prácticas de precisión que aplican los agricultores actualmente, sino que es el resultado del cúmulo de prácticas inadecuadas implementadas décadas atrás, sumado a la ganadería y los vertidos de aguas urbanas», señalan desde la Fundación Ingenio.

Reducción de la descarga superficial. En línea con el punto anterior, resulta fundamental reducir la descarga al Mar Menor de las aguas procedentes de las escorrentías, es decir, las corrientes de agua que se generan tras las DANA o gotas frías. Éstas arrastran hacia la laguna los sedimentos provenientes de los drenajes de parcelas agrícolas, así como del alcantarillado municipal y los tanques de tormentas (todos ellos sistemas que se ven colapsados ante las lluvias torrenciales).

Las actuaciones del proyecto contemplan buenas prácticas agrícolas

Entre las actuaciones que contempla el Anillo Protector Ambiental figuran varias buenas prácticas agrícolas como las siguientes:

- Promover sondas de humedad para favorecer en el regadío un uso más eficiente del agua, los fertilizantes y la energía, así como una reducción al mínimo de los retornos de riego.

- Nuevas técnicas de fertirrigación sostenible en cultivos y aplicación del BIG DATA e Internet de las cosas para gestionar y manejar los recursos hídricos disponibles.

- Monitorización de la red superficial (canales de riego, red de tuberías, balsas de riego, ramblas) y modernización de estaciones agroclimáticas.

- Implantación de infraestructuras de captación de agua superficial.

- Desarrollo de un Centro de Innovación Agraria con los mayores expertos internacionales, gestiones que ya han iniciado para implementar todas estas mejoras.

- Promoción de la incorporación de energías renovables.

- Aplicación de herramientas de monitorización.

- Sensorización de todo el campo para hacerlo más eficiente.

- Incorporación de nodos o corredores biológicos.