Respeto a la tradición, al medio ambiente, la tierra y el entorno; son los valores que definen a Bodegas Carrascalejo, una de las más antiguas de la Región y un referente en la variedad de rosados. Sus vinos toman su nombre del territorio donde son producidos: la Casa-Palacio de Carrascalejo que es, desde 1850, un ejemplo murciano de lo que modernamente se ha dado en llamar ‘vino de finca’.
Son vinos tienen una marcada personalidad donde la identificación con el terruño que los ha visto nacer imprime su carácter genuino en cada una de sus variedades: rosados, tintos jóvenes y tintos con crianza en barrica de roble.
Crianza
En los sótanos de la Casa-Palacio de Carrascalejo se encuentra la bodega. Aquí se realiza la recepción de la uva, la fermentación, la elaboración y la crianza de nuestros vinos, completándose el proceso con el embotellado
La tradición en Bodegas Carrascalejo va ligada inevitablemente al vino rosado: «Tradicionalmente Carrascalejo se ha asociado al vino rosado, pues ha sido este la seña de identidad de la bodega desde la segunda mitad del siglo pasado cuando mi padre, el IV Marqués de Pidal, comenzó a elaborar y embotellar el vino rosado Monastrell, constituyendo un referente en el mundo del vino de la Región de Murcia», explica el director de la bodega, Ignacio Pidal. No en vano, el suyo fue uno de los primeros vinos rosados, si no el gran pionero, en ser comercializado embotellado y puesto a disposición del consumidor murciano. «Más de una generación de murcianos aprendieron a degustar y valorar los vinos locales merced a ejemplos como el de nuestro Rosado Carrascalejo».
Asimismo, y de forma paralela, los vinos tintos de Carrascalejo se han ido afianzando e imponiendo la personalidad que les confiere la uva Monastrell en la categoría de vinos jóvenes. La incorporación en su justa medida de otras variedades de uva cultivadas en la finca como son Syrah, Tempranillo y Cabernet Sauvignon potencian las virtudes de la variedad autóctona resultando idóneas para tintos destinados a la crianza en barrica.
Todo ello trabajando desde el respeto a la tierra que trabajan, donde durante todo el año cuidan del cultivo de sus viñedos para la obtención de uvas de máxima calidad procedentes de las viejas cepas que rodean la Casa-Palacio de Carrascalejo.
Rosmarinus Roble 2018, Gran Oro del Certamen
Bodegas Carrascalejo y su Rosmarinus Roble 2018, el tinto joven ecológico con madera, obtuvieron la medalla Gran Oro, la máxima distinción otorgada en el XIV certamen de calidad de los vinos D.O Bullas, donde también se hizo con otros tres galardones: medalla de oro para el tinto joven Carrascalejo; medalla de oro para el tinto joven Rosmarinus y medalla de oro para el tinto crianza Carrascalejo 2017.
Fue en 2012 cuando nacía la línea de vinos ecológicos denominada Rosmarinus en alusión a un paraje de la finca de gran valor medioambiental, denominado Romero (rosmarinus), donde existen viñas de más de 40 años. «Básicamente esto conlleva practicar un cultivo con las mínimas intervenciones y en ausencia absoluta de insecticidas, pesticidas y abonados. La cosecha así obtenida es sensiblemente inferior en cantidad, pero las uvas producen un vino cualitativamente superior», señala Ignacio Pidal, quien recalca que el consumidor va paulatinamente tomando conciencia y valorando esta circunstancia, «y la concesión del galardón Gran Oro, que lo reconoce como vino mejor valorado tras obtener 93 puntos, confirman lo anteriormente dicho».
Agricultura ecológica
Todas las prácticas agrícolas de la finca, incluso los demás cultivos como el almendro y el cereal, se realizan bajo las condiciones de agricultura ecológica en aras de mantener inalteradas las condiciones naturales del entorno siempre con el máximo respeto al medio ambiente.
El nacimiento de los vinos Rosmarinus supuso también la apertura de los vinos Carrascalejo al mercado tanto nacional como internacional, que hasta entonces comercializaba solo en la Región. Desde hace unos meses también han puesto en marcha su tienda online.
