La sobreexplotación de los acuíferos en la cuenca del Segura debería tener los días contados. La directiva europea sobre el agua obliga a las demarcaciones hidrográficas a actuar contra el bombeo sin freno de las masas de agua subterránea, y le pone un límite de tiempo: 2027. A partir de ese año la Confederación Hidrográfica del Segura, Mancomunidad del Taibilla y los ayuntamientos de Yecla y Jumilla deberán buscar una alternativa al consumo de 5,7 hectómetros cúbicos anuales (está autorizado la extracción máxima de 6,4 hm3) de una población de más de 60.000 habitantes.

El nuevo Plan Hidrológico del Segura 2022-2027 debería reflejar soluciones para una comarca que carece de cualquier otra fuente de suministros para consumo humano y regadío que no sean los acuíferos. De cara a 2027, la CHS solo establece una primera pauta en cuanto al abastecimiento urbano, ya que dentro de seis años los municipios de Jumilla y Yecla serán gestionados por la Mancomunidad. «Estos municipios se abastecerán exclusivamente por los recursos externos procedentes del Tajo», indica el plan. El cómo lleguen los futuros caudales hasta la comarca es un misterio, ya que la Confederación solo menciona que para cubrir la futura demanda de agua «se contempla un punto de captación futura para el Altiplano desde el río Segura».

Sin embargo, en el programa de medidas del nuevo plan no se contemplan actuaciones que permitan mitigar las presiones derivadas de la sobreexplotación de estos recursos subterráneos en la zona del Altiplano y también en el Sureste de Albacete, dos territorios cuyos acuíferos están muy presionados. El organismo de cuenca señala que este problema se deberá resolver en un futuro Plan Hidrológico Nacional, ya que el Altiplano comparte acuíferos con la Comunidad Valenciana, cuyos recursos son gestionados por la Confederación del Júcar y por tanto implica a dos cuencas distintas.

En lo que se refiere al regadío, la recarga natural de los acuíferos es muy inferior a la extracción de sus recursos, que se estima en torno a 90 hectómetros correspondientes a los acuíferos del Altiplano y del sureste de Albacete. Para ello, en el apartado de costes ambientales, la CHS detalla que para atajar esta sobreexplotación es necesario dejar de bombear 61,6 hm3 de los que se beneficia el Altiplano y para ello sería primordial eliminar 16.912 hectáreas de regadío en la comarca, el 34% de la agricultura intensiva de esta zona, según datos oficiales. El presidente de la Confederación, Mario Urrea, ya señaló a La Opinión que la eliminación de la sobreexplotación en el Altiplano y Albacete «pasará por una adaptación del sector del regadío a los recursos disponibles y sostenibles medioambientalmente».

Talave-Cenajo-Altiplano

«El punto final de redotación se establecerá en futuros estudios técnicos que se desarrollarán durante el periodo de vigencia del plan», se cita en uno de los documentos del plan, que estará en exposición pública durante seis meses, «para la sustitución de recursos subterráneos por recursos externos sería necesaria la ejecución de infraestructuras hidráulicas que permitan la conexión de los regadíos del Altiplano y Sureste de Albacete con el resto del sistema de explotación del Segura».

Esta conexión ya tenía un proyecto escrito desde hace años, y no es más que la tubería que iba a conectar el embalse del Cenajo con el Altiplano, un proyecto que se paralizó hace una década y que la CHS ha retirado del futuro plan de cuenca. Los recursos hídricos tendrían su origen en el embalse del Talave y, tras la conducción a través de una tubería hasta el pantano del Cenajo, se volverían a captar los caudales para redirigirlos hasta el Altiplano, donde se iban a almacenar en depósitos. Ese túnel que unía el Talave con el Cenajo es una infraestructura que no se ha puesto en marcha.

El recrecimiento de Camarillas divide al PP

El proyecto sobre el recrecimiento de la presa de Camarillas no está contemplado en el futuro Plan Hidrológico del Segura, una obra planteada hace años y que buscaba aumentar la capacidad de un embalse para regular los recursos del río Mundo y los procedentes del Trasvase Tajo-Segura y una defensa mayor contra avenidas provocadas por fuertes precipitaciones. Tras la entrada en funcionamiento de la variante ferroviaria de Camarillas, que ha alejado el trazado de la línea de Cartagena-Chinchilla del pantano, estaba previsto aumentar la capacidad de embalse mediante el recrecimiento de la presa.

La obra, que se presupuestó por 37 millones de euros, ya no es necesaria para la Confederación Hidrográfica del Segura, por lo que en su programa de medidas para el ciclo 2022-2027 ya no está. Este adiós al proyecto ha motivado la presentación de una iniciativa en la Comisión de Transición Ecológica por parte del grupo parlamentario popular en el Senado, de manos de los tres senadores del PP de la Región de Murcia, para instar al Gobierno central a que acometa la obra en la presa.

Quien se ha enfrentado a la iniciativa del PP, que el propio senador Francisco Bernabé defendió en 2020 para que se contemplara en los Presupuestos generales, son los concejales populares del Ayuntamiento de Hellín, municipio en el que se ubica el embalse. En el último pleno, el PSOE presentó una moción para frenar cualquier pretensión de acometer la obra, moción que fue apoyada por el PP, cuyos ediles se posicionaron «en contra de nuestro grupo en el Senado porque se hace sin tener en cuenta el interés general, sino el de unos pocos en Murcia, no de todos, y en perjuicio de Hellín».