Fin de la etapa de Ana Martínez Vidal como coordinadora autonómica de Ciudadanos en la Región de Murcia. Tras reunir a más de 120 afiliados en la convivencia anual de su partido en San Pedro del Pinatar, la líder de los naranjas renuncia al cargo, así como a su participación como miembro de la Ejecutiva nacional. «Se trata de una decisión personal muy meditada, en un momento de mi vida en el que mi proyecto de familia es mi mayor prioridad», explica ella misma.

Martínez Vidal se hace a un lado cuando no ha cumplido ni un año al frente del partido. No obstante, en esos escasos diez meses consiguió dar un giro a la formación naranja, que hasta entonces había estado a la sombra de su socio de Gobierno. Ahora reconoce que «el mayor error» que cometió Cs en 2019 fue «pactar con un Partido Popular tras 24 años en el poder sin voluntad alguna de regenerarse». Prueba de ello, continúa, es que «apenas se cumplieron 9 de los 72 puntos que conformaban el acuerdo de gobernabilidad entre Cs y PP».

Las malas relaciones con el Partido Popular, del que dice que «nunca supo gobernar en coalición», le llevaron a presentar con el PSOE una moción de censura en marzo al presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, de la que debía salir ella como presidenta de un nuevo Ejecutivo autonómico. «Puse por delante el interés de los murcianos a mi propia comodidad y sigo reafirmándome en que la moción de censura era más necesaria que nunca tras 26 años de inmovilismo, de innumerables casos de corrupción, de compra de voluntades, de prácticas mafiosas, de censuras, de vetos, de amenazas y de blanqueo del transfuguismo», afirma.

Ciertamente, no contó en aquel momento con la posibilidad de que varios de sus diputados rompieran la disciplina de voto a cambio de entrar (o seguir) en el Palacio de San Esteban. La moción de censura no prosperó, pero sí cambió el tablero político de la Región, dejando una nueva mayoría en el parlamento murciano que facilita la acción de Gobierno a López Miras, que se apoya hasta en cuatro tránsfugas de Cs y tres expulsados de Vox.

Martínez Vidal deja la dirección de Cs, pero no su escaño en la cámara regional. Si abandonara la Asamblea, entraría en el Grupo Parlamentario de Cs (que controlan los expulsados) el consejero de Transparencia, Participación y Administración Pública, Antonio Sánchez Lorente, que tampoco responde ante Inés Arrimadas. Además, su salida del hemiciclo también dejaría en minoría a su compañero Juan José Molina en el Grupo Mixto, que en estos momentos se encuentra negociando el reparto de los tiempos, de las comisiones y de las retribuciones del grupo con los diputados de Podemos. «Mi lealtad al partido que confió en mí es inquebrantable y seguiré defendiendo los valores de Cs», asegura.

Se espera que prácticamente toda su junta directiva (entre los que se encuentran Juan José Molina, Gabriel Sánchez Torregrosa, David Sánchez y Esther Tenza) renuncie con ella a sus cargos orgánicos, teniendo así que formarse una gestora para dirigir el partido, la segunda desde que comenzó la legislatura.

Un adiós rodeada de 120 afiliados: "El corazón naranja sigue latiendo"

Ana Martínez Vidal acudió ayer a su último acto de Ciudadanos como coordinadora autonómica. Se trataba de la convivencia anual del partido, celebrada en San Pedro del Pinatar (en el restaurante Porto Chico) como guiño al Mar Menor, ya que la formación naranja tiene pensado recoger firmas para dotar a la laguna salada de personalidad jurídica. En torno a 120 afiliados llegados de todos los puntos de la Región acudieron al encuentro, demostrando así que «el corazón naranja sigue latiendo a pesar de que a algunos les cueste aceptarlo», informaron ayer desde el partido en un comunicado.

El mensaje que se quiso enviar es el de que Ciudadanos está más «unido» y «comprometido» que nunca. Martínez Vidal, que para no enturbiar la comida, no quiso desvelar su salida inminente de la dirección regional, insistió en que la moción de censura «era no solo legítima, sino necesaria», considerando que «si hubiera prosperado, hoy esta Región estaría infinitamente mejor gestionada». Reconoció que han sufrido «un golpe muy duro» y que lo han pasado «mal», pero hicieron «lo correcto» pese al «alto coste personal» padecido. Martínez Vidal quiso agradecer a los afiliados regionales «que se han mantenido firmes en un momento tan complicado en vez de salir corriendo y traicionar a su partido por un cargo». En su opinión, han demostrado ser «insobornables». La líder saliente naranja defendió un cambio de ciclo «después de casi tres décadas de poder casi absoluto de un solo partido que ha propiciado el abuso de poder, una red clientelar gigantesca, numerosos casos de corrupción y el mayor escándalo de transfuguismo que se ha vivido en nuestra democracia». Cree que el cambio es posible porque Cs es el único partido «capaz de poner límites al bipartidismo, tender puentes e impulsar las mejores soluciones para los ciudadanos».