El Pleno del Consejo Económico y Social de la Región de Murcia (CESRM), en su sesión celebrada hoy, ha aprobado por unanimidad la Memoria sobre la situación socioeconómica y laboral de la Región de Murcia 2020. Tras la aprobación, la directiva del CESRM compareció públicamente para dar cuenta de algunos aspectos destacados de la memoria así como de sus conclusiones para un año, el 2020, que se ha desarrollado, según este informe, “en un entorno más esperanzador que en su edición precedente”. En sus conclusiones, el CESRM espera que, con independencia de las decisiones políticas que se puedan adoptar, las cifras macroeconómicas con las que termine el año 2022 “pueden ser ya al menos semejantes a las del año 2019”. Pese a todo, asegura la memoria, “no todas las empresas volverán a producir, no todos los trabajadores volverán a sus puestos, ni recuperarán su nivel de bienestar todas las personas perjudicadas por esta recesión”. Por ello el presidente del CESRM, José Antonio Cobacho, cree necesario que los poderes públicos “intervengan activamente para corregir los fallos del mercado, para atenuar el daño ocasionado y procurar la reintegración laboral o empresarial de quienes han quedado fuera por esta crisis”.

Conforme a las estimaciones de Hispalink, el PIB de la Región de Murcia anotó una tasa de variación anual del -8,2% en 2020, lo que supone uno de los menores descensos con respecto a otras autonomías, más dependientes del turismo, como Baleares o Canarias que llegaron a bajar 18 puntos porcentuales. La caída del PIB fue similar a la que se originó en la última gran crisis económica, entre 2009 y 2013 (-9,5%).

Sostiene la memoria que la aplicación de las medidas para la contención de los contagios y la consiguiente restricción de la movilidad ciudadana derivó en grandes contracciones de actividad “en ramas económicas que requieren en su operatividad los desplazamientos de las personas o el contacto social, como sucede con las de comercio, turismo y otras conexas, ocio y entretenimiento, entre otras”. Algunas consideradas esenciales durante el estado de alarma, como la agraria, varias de la industria y otras de los servicios como administraciones públicas, sanidad y servicios sociales, “sufrieron un menor deterioro”.

Aunque la Región se encuentra entre las menos perjudicadas, “el daño es mucho”, indican la memoria del CESRM que cita un reciente estudio de OXFAM Intermón que estima que en la Región de Murcia se elevó en 2020 un 12,6% la tasa de pobreza relativa y en más de 53.000 la cantidad de personas por debajo de la línea de pobreza relativa (personas con ingresos inferiores al 60% de la renta mediana anual).

Deuda pública

Uno de los aspectos más críticos del análisis del Consejo Económico y Social es el abultado aumento de la deuda pública “que antes de la pandemia ya se encontraba en niveles desmesurados”. Según el Protocolo de Déficit Excesivo de la CARM, la Región superó a 31 de diciembre de 2020 por primera vez los diez mil millones de euros, registrando un valor de 10.182 millones, un 6,5% más con relación a 2019 y cinco veces mayor en comparación con diez años atrás. Esta deuda, según el CESRM, “proviene abrumadoramente de los compromisos asumidos con el Fondo de Financiación a las Comunidades Autónomas (87,9%)”. Su peso en el PIB regional sube a un 34,9%, unos cinco puntos porcentuales más que en 2019, superior al 27,1% que se registra en el agregado español de deuda pública autonómica y sólo queda por debajo de la Comunidad Valenciana (48,6%), Castilla-La Mancha (39,7%) y Cataluña (37,1%).

Ante este panorama, el vicepresidente del CESRM, Miguel López Abad, sostiene que la llegada de fondos extraordinarios del programa Next Generation EU es esperada “con cierto optimismo”. Su gestión eficiente podría corregir, asegura, “ciertos desequilibrios estructurales de nuestra economía y así alcanzar una recuperación más intensa y perdurable en el tiempo, si se emprenden proyectos que aporten innovación, incorporen criterios de sostenibilidad ambiental, faciliten la digitalización y contribuyan a la diversificación de nuestra estructura productiva hacia ramas que proporcionen más valor añadido”.

Rueda de prensa del Consejo Económico y Social

Empleo

Con respecto al empleo, el presidente del CESRM explicó que es “evidente que los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) han servido de colchón ante esta crisis”. Los efectos negativos de la pandemia en el empleo son tenues en comparación con el receso productivo. La reducción o la suspensión de la jornada de trabajo gracias a los ERTE, en vez del despido, ha contribuido a la conservación de muchos puestos de trabajo. De esta manera, la población ocupada de la Región se estimó en 606.900 personas, apenas un 1,1% menos que en 2019.

En cuanto a la población parada medida por la EPA, en la Región, el promedio anual estimado en 2020 fue de 117.200 parados, un 10,9% más que en 2019. En cuanto a la tasa de paro, un 16,2%. Según la memoria del CESRM, “es una opinión generalizada que la evolución podría haber sido peor de no ser por los ERTE y otras medidas de apoyo, pero ello no es óbice para que otras causas, como la desaparición de la viabilidad en determinados negocios, el peso de la contratación temporal en algunas actividades productivas no esenciales o la enorme dificultad de encontrar empleo dada la situación hayan contribuido a la subida del desempleo”.

Recursos y salud

Otra de las grandes conclusiones de la memoria 2020 es que la pandemia “no ha hecho sino sacar a la superficie, una vez más, las carencias relativas en recursos materiales y, sobre todo, humanos de que adolece el sistema de protección social de la Región”, sostuvo el asesor del Consejo, Faustino Cavas,, que destaca que por ello se hace necesario “un esfuerzo que permita mantener las mejoras en las plantillas sanitarias y educativas que han tenido lugar en respuesta a las necesidades extraordinarias causadas por la pandemia, al menos en las dotaciones necesarias para corregir el déficit estructural que presenta la Región respecto a los promedios nacionales”.

En el ámbito del sistema de salud, el CESRM entiende que es “urgente” apuntalar los servicios de salud pública, “reforzando los sistemas de vigilancia epidemiológica con medios suficientes”. La mejora de la atención primaria, “reclamada recurrentemente en situaciones menos dramáticas que la vivida este último año, emerge ahora como una necesidad impostergable”, señaló Cavas, catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de Murcia. Cavas y todos los comparecientes, reivindicaron una vez más que se resuelva el problema de la infrafinanciación de la Comunidad “teniendo en cuenta además que el gasto sanitario por habitante es en la Región superior a la media nacional”.

No fue el único aspecto vinculado a la salud que abordó el análisis del CESRM. Sobre las residencias de mayores, entienden que sería “un grave error” retornar a la situación previa a la pandemia, en la que la atención primaria de salud ha estado ausente de los centros residenciales, “privando a sus residentes de los beneficios de la atención integral”. En el apartado de ‘Consideraciones’ proponen que se inicie un “ambicioso” proceso de reforma del modelo de residencias de mayores, tanto en la Región como en el conjunto del país.