El Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats) estimó ayer en 93 hectómetros cúbicos (hm3) de agua los que dejarán de desembalsarse al final de la vigencia en 2027 del nuevo plan hidrológico del Tajo por el aumento de su caudal ecológico a su paso por Aranjuez (Madrid).

Lucas Jiménez, presidente del Scrats, señaló que estos planes para el Tajo son la «crónica de una muerte anunciada porque no hay generación de nuevos recursos hídricos a la vista, salvo más desalinización e interconexión de desalinizadoras, con la promesa hipotética de acceder a cada metro cúbico generado en estas plantas por 36 o 37 céntimos de euros». 

«Se dilata en el tiempo la muerte casi total del trasvase, que va a afectar no solo al regadío, sino también al abastecimiento humano. No sé qué medidas paliativas planteará el Miteco además del incremento pendiente de 80 a 120 hm3 al año en la desalinizadora de Torrevieja, nada nuevo, puesto que esos 80 los recibimos desde hace tres años y los otros 40 son para la Mancomunidad de Canales del Taibilla (MCT), con lo que es un espejismo», añadió. 

El consejero de Agua de Murcia, Antonio Luengo, remarcó por su parte que la nueva planificación hidrológica del Tajo dejará al Segura, como mínimo, con un descenso del volumen trasvasado del 27%. «Esta medida progresiva supone que la decisión partidista del Gobierno de España va a recortar uno de cada cuatro litros de agua que actualmente llegan al Levante, con lo que se consuma la amenaza que llevábamos tiempo denunciando», subrayó tras conocer la noticia, «y todo ello, envuelto en un oscurantismo y una falta de consenso sin precedentes, ya que el Ministerio no ha sido capaz de compartir el documento con las comunidades autónomas implicadas», explicó Luengo. A ello, sumó la modificación del caudal regenerador del Tajo, «lo que supondrá un nuevo recorte que tampoco está cuantificado, ya que no nos han informado del volumen que emplearán en esta medida encaminada al mantenimiento de la ribera fluvial».

En la Comunidad Valenciana, el gobierno del socialista Ximo Puig es el que ha tomado la batuta en las negociaciones de última hora con el Ministerio para minimizar el impacto del nuevo plan del Tajo. El resultado final lo valoran como un «primer paso» porque «garantiza el suministro de agua a las comarcas alicantinas para los próximos años». El Gobierno central, asegura el Consell, «se ha comprometido, mientras tanto y al mismo tiempo», a acometer un «ambicioso» programa de obras, dotado con más de 500 millones de euros, y destinado sobre todo a aumentar la capacidad de la desaladora de Torrevieja, a realizar la interconexión con la zonas de regadío y a introducir energía renovable con la finalidad de que «no se pongan en riesgo las actividades socioeconómicas asociadas a los usos del agua ante los nuevos escenarios de cambio climático».

El secretario general de PSRM-PSOE, Diego Conesa, se apuntó el tanto de la rebaja a siete metros cúbicos por segundo en el caudal del Tajo: «En estos meses, mientras el PP aseguraba que el Tajo-Segura se iba a cerrar, el PSOE murciano y valenciano han trabajado rechazando como inasumible el establecimiento automático del caudal ecológico en 8,5 m3/s y consiguiendo que se rebaje a 7 m3/s», explicó Conesa. 

 El PP regional auguró ayer por su parte una «sentencia a muerte» para el futuro de la comunidad y del Trasvase Tajo-Segura con la nueva estrategia del Ministerio.