La pandemia provocó el pasado año un aumento de los delitos de violencia contra la mujer en la Región, a pesar de que la crisis sanitaria redujo la actividad de la Justicia. Según los datos aportados por el fiscal superior de la Región, José Luis Díaz Manzanera, en 2020 se incoaron 3.060 diligencias por lesiones y maltrato familiar, frente a las 2.740 del ejercicio anterior.

Los procedimientos judiciales por malos tratos se incrementaron entre un 15% y un 20% debido al confinamiento, según se refleja en la Memoria de la Fiscalía 2020 presentada ayer.

Fueron incoadas 1.791 diligencias urgentes, que dieron lugar a 1.022 escritos de acusación, con 802 sentencias.

Las amenazas en el ámbito familiar dieron lugar a la apertura de 133 diligencias previas, frente a las 109 del año anterior.

También se dictaron 190 órdenes de alejamiento y 73 ingresos en prisión.

El balance de 2020 incluye, además, la muerte de una mujer de Águilas, que no había denunciado previamente a su agresor.

En total, el año se cerró con 6.504 procedimientos incoados, 2.336 acusaciones del fiscal y 1.328 sentencias, más del 11% absolutorias por retirada de la denuncia de la mujer.

Díaz Manzanera se mostró convencido de que el repunte de las denuncias por violencia contra la mujer del pasado año obedece a las condiciones impuesta por el confinamiento y la convivencia forzosa.

También expresó su confianza en que la reforma legal que impide a las mujeres negarse a declarar contra su pareja en caso de agresión permitirá conseguir más sentencias condenatorias, dado que hasta ahora muchas de las causas quedaban «desactivadas» cuando la víctima se acogía a su derecho a no declarar y no ratificaba la acusación.