Desde las diferentes Policías Locales de la Región dejan claro que no es que estén teniendo una actitud pasota para con la nueva ley: que, lo que pasa, es que necesitan medios para ejecutarla.

Eso no significa que no se esté sancionando a conductores cuyas conductas al volante, por exceso de velocidad, pueden poner en riesgo la vida de otros usuarios de la carretera y la suya propia. Carriles de la huerta de Murcia, por ejemplo, están en el punto de mira: conductores que le pisen de más, pueden acabar sancionados.

Y hay otra cosa que la nueva normativa puede llevar aparejada: que se acaben los badenes.

Pere Navarro, director de la DGT, dejó recientemente varios titulares que podrían significar la eliminación de buena parte de estos elementos de seguridad, los cuales, desde su punto de vista, «en las calles 30 no tienen sentido». «Confiamos en que poco a poco veremos cómo desaparecen», hizo hincapié.

Según manifestó Navarro, en una «calle de 30 se dan lugar muchos actos», por lo que el adiós a los badenes iría más ligado a la «pacificación del tráfico» que a la reducción legal de la velocidad en las vías afectadas por el Reglamento.

En este sentido, desde la DGT ya se estudia cómo ir quitándolos de las ciudades, puesto que, al reducir la velocidad con estos nuevos límites, no son necesarios estos elementos tan característicos con bandas amarillas.

No obstante, los pasos elevados para peatones siguen siendo un componente muy necesario porque incentivan a que el conductor respete la preferencia del peatón sobre el vehículo.

Se ha empezado ya a denunciar en otras provincias de España

La velocidad en las ciudades a 30 kilómetros por hora era una de las prioridades de la Agenda 2030 con el objetivo de convertir las ciudades en espacios más seguros reduciendo, tanto el riesgo de sufrir un accidente, como la gravedad del mismo. La norma fue aprobada en noviembre de 2020.

La velocidad máxima permitida en las vías con plataforma única de calzada y acera es de 20 kilómetros por hora, y en calles de un único carril por sentido de circulación, de 30 kilómetros por hora. El límite de 50 kilómetros por hora se mantiene en las de dos o más carriles por sentido, aunque algunas de estas calles tengan ya un carril que reduce la velocidad a 30. Muchas de la capital murciana ya tenían esta limitación, por lo que en la última modificación tan solo se ha cambiado la velocidad máxima a la avenida Intendente Jorge Palacios, avenida Marqués de los Vélez y Carretera de Churra.

Los policías locales hacen un controles ordinarios de velocidad y a veces aumentan el número en función de la accidentalidad registrada o de quejas vecinales.

Aunque en la Región, de momento, los agentes se dedican fundamentalmente a informar a los conductores del nuevo límite al que se deben ajustar cuando circulen por las calles de un carril por sentido, en otros lugares de España sí se están extendiendo ya las primeras ‘recetas’ a quienes pisan de más el acelerador.

Es el caso de La Coruña, donde el pasado lunes día 7, solo por la mañana, los agentes notificaron catorce denuncias a conductores que superaron la velocidad permitida en calles que tienen un solo carril de circulación para cada sentido.