Tras la decisión del Ministerio de Transportes de impedir que el Aeropuerto de Corvera lleve el nombre del ingeniero murciano Juan de la Cierva por sus vínculos con el golpe de Estado de 1936, esta Redacción contactó con el autor del informe histórico en el que se ha fundado el Gobierno central para argumentar su rechazo, el historiador y escritor Ángel Viñas, establecido en Bruselas desde el año 1987 y uno de los expertos más reconocidos de la Segunda República, la Guerra Civil y el franquismo en España y que acaba de terminar su último libro, El gran error de la República (editorial Crítica).

¿Cómo valora la decisión del Ministerio de impedir dar el nombre de Juan de la Cierva al Aeropuerto de Murcia?

Me parece muy bien. Dije en mi informe que eso era una barbaridad, que cómo diablos en el año 2020 se iba a honrar con el nombre de uno de los agentes sublevados en junio de 1936, y que había estado en la conspiración durante meses, a un aeropuerto español. Eso no encaja con la historia, por muy murciano que fuera. Tampoco se le va a poner al Aeropuerto Internacional de Vigo Francisco Franco.

Nuestro consejero de Fomento dice que aquí hay un intento de reescribir la historia desde un enfoque sectario.

Con el debido respeto, eso lo niego radicalmente. Le digo como historiador que es evidente que Juan de la Cierva fue un ingeniero imaginativo, inventó el autogiro, en fin, yo en eso no me meto para nada, pero en lo que se refiere a un tema bastante más importante que la invención del autogiro, que fue coadyuvar para preparar el golpe de Estado en España en aquella época, Juan de la Cierva tuvo algunas funciones fundamentales.

¿Me podría sintetizar ese papel de Juan de la Cierva?

Estaba asentado en Londres y tenía contactos con medios militares británicos. Muy conectado con ciertos sectores de la aviación británica y también con un grupo de periodistas, intelectuales y políticos de medio pelo, que eran de extrema derecha, muy proclives a los movimientos fascistas de Mussolini y Hitler, y en el que estaba también Luis Bolín [Abogado y periodista, corresponsal de ABC en Londres, que fue durante cuatro años procurador en Cortes durante las cuatro primeras legislaturas del período franquista]. Estos grupos ponían a parir a la República española.

A través de Bolín, a Juan de la Cierva le encarga el marqués de Luca de Tena, propietario del diario monárquico ABC, que trate de conseguir un avión para trasladar a Franco de Canarias a Marruecos. Entonces de la Cierva se puso en contacto con una compañía en cuyo Consejo de Administración estaban los amiguetes de extrema derecha del grupito anterior. Y ese fue el inicio del avión ‘Dragon Rapide’. Esto es conocido desde el año de la pera y nadie lo puede negar, entre otras cosas, porque lo dice el propio Luca de Tena en sus memorias.

Ahora bien, lo que no se conocía tanto, y sigue sin conocerse demasiado, es que cuando estalla el golpe de estado, el 17-18 de julio, Juan de la Cierva empieza a trabajar para conseguir aviones no militares que enviar a los sublevados. Empieza a batirse entre bambalinas, en su círculo de aviación y de las compañías aéreas que conocía muy bien. Y así sigue durante meses, desplazándose al continente, a Holanda, a Alemania… para conseguir armas para los sublevados. Esto no lo digo yo, lo dice él mismo en una carta al general Mola en septiembre de 1936. Esa carta está publicada en mi blog.

También se entrevista con Wilhelm Canaris, palabras mayores. [Canaris llegó a ser almirante y jefe de inteligencia de la Marina Imperial y el ejército alemán durante el nacionalsocialismo en Alemania]. Es decir, está en contacto con Franco, con Mola… ¡Es un señor que está sublevado contra el Gobierno de la República! ¿Por qué no sigue?, porque en diciembre se estrella el avión en el que iba; haciendo una misión a cuenta de los sublevados.

Entonces, dígame usted, ¿por qué hay que dar al Aeropuerto de Murcia el nombre de este caballero, que fue un conspirador y un elemento que se sublevó?

Desde Vox argumentan que Juan de la Cierva es uno de los murcianos más insignes y que juzgar la historia pasada con categorías presentes solo conduce a la sectarización y a una incomprensión patológica de nuestros orígenes.

Me he cansado de repetirlo, pero no logro pasar el mensaje. Una de las características fundamentales de la historiografía franquista, generada y amamantada en el franquismo, y todavía hoy distribuida en estos años en España sin ninguna cortapisa, es que se caracteriza por una cualidad muy notable: la proyección, que significa atribuir al adversario comportamientos propios; es decir, decirle a un tipo: eres un hijo de puta, porque no conozco a mi madre. A mí lo que dice Vox, me la refanfinfla, su conocimiento de la historia es, vamos a decir, discutible; son una panda de golfos, históricamente hablando. Vamos a ver, precisamente porque era ingeniero y sabía de aviación fue por lo que los conspiradores recurrieron a él. Y Juan de la Cierva se puso a su servicio encantado. ¿Podríamos llamar al Aeropuerto de Pamplona general Mola? No, sería absurdo.

Nos ha extrañado en esta Redacción que, por lo que sabemos, esta decisión se haya basado en un solo un informe, el de usted.

Hombre, yo supongo que habrán pedido más informes. De entrada, solo hice un informe histórico. De esto no tengo ni idea. Lo envié, y ojo, no cobré nada.

También han tratado de desacreditarle por ser militante del PSOE.

A mí el Partido Socialista no me dice lo que tengo que escribir, pero en absoluto, a nadie se le ocurre. Soy un historiador que va a las fuentes, eso sí, yo tengo mis ideas políticas e ideológicas, como todo quisqui. Dígame usted alguien que no tenga ideas políticas o ideológicas, a ver quién es ese mirlo blanco, porque yo no lo conozco. Lo que digo lo sostengo con documentos.