Eugenio Palomero, que es presidente-fundador de Itineribus, una consultora especializada en estrategia comercial y desarrollo de la dirección empresarial, dio a los directivos murcianos las claves para afrontar la toma de decisiones en un momento marcado por los cambios que ha traído la crisis social y económica. Doctor en Ciencias Económicas y licenciado en Derecho, Palomero ha trabajado para grandes compañías españolas y extranjeras. Su conferencia se titulaba La Nueva Normalidad: un desafío para el líder.

¿A qué se enfrentan los empresarios en este nuevo escenario?

El escenario es diferente al de hace dos meses, porque en agosto se pueden llegar a los 20 o 22 millones de vacunas y eso facilitará un despegue que hará crecer el PIB con mucha fuerza. Y va a crecer tanto en el mercado interior como en las exportaciones de todos los sectores, no solo en el turístico. Por eso estamos viendo cómo crece el empleo. Pero lo importante es analizar qué ha ocurrido en los últimos catorce meses.

¿Cuál es su conclusión?

Una de las más importantes es que el mundo ha seguido funcionando, no se ha parado. Además, ha habido un cambio monumental en la conducta del consumidor que ha dado lugar a un nuevo escenario en el que el líder va a tener que moverse. Eso nos obliga a mover las fronteras de nuestro pensamiento, lo mismo que España tuvo que hacer en los años 60 del siglo pasado y también en los 2000.

¿Cuáles son esas fronteras?

Son las que van a afectar al modelo de trabajo, al modelo productivo, al modelo de negocio y a todo los que nos rodea. No solo es un problema tecnológico, sino que la posibilidad de utilizar Zoom para comunicarse evita la movilidad y abre nuevas facetas, aunque parte de la gente en este país quiere volver al trabajo físico. Somos personas sociales y el estar permanentemente fuera de la empresa es un problema. Posiblemente, llegaremos a un modelo híbrido.

¿Qué va a cambiar a partir de ahora?

Esto va a suponer que el líder tendrá que enfrentarse a unas nuevas reglas y a una gestión del miedo. Esto implica que tendrá que gestionar el miedo desde la incertidumbre. Antes la incertidumbre era algo que había que eliminar, pero ahora hay que saber asumir los riesgos en la vida y en los negocios.

Será más difícil tomar decisiones, porque la compañía en las empresas hace que la gente se sienta más arropada.

Una vez le pregunté a un psiquiatra que estaba tratando a un familiar cómo podía curarse la depresión crónica que este padecía y me contestó que lo único que la cura es tener un proyecto; no solo un proyecto definido, sino una visión sobre cómo afrontarlo. Hemos visto cómo Inditex ha apostado por la venta digital. Es una empresa pionera que ha apostado por la tecnología, pero no solo es la tecnología. Está desapareciendo la empresa como espacio físico y entra en un espacio virtual.

Inditex va a cerrar tiendas.

También desaparecen tiendas y aparecen Amazon y otras plataformas, pero vamos a volver a la empresa y a comprar en la tienda de abajo. No vamos a dejar de hacer las cosas que hemos hecho. Multitud de universidades han abierto programas para ofrecer formación digital. Eso ha permitido que personas que no podían pagar 100.000 dólares al año para ir a Harvard, han podido seguir los programas digitales. Nace una comunidad digital que abre oportunidades que antes no habíamos tenido.

Hay quien piensa que después de esta etapa tan dura la sociedad va a vivir una vuelta a los años locos. ¿Qué cree que va a cambiar cuando acabe todo?

Cuando la vacunación permita volver a una situación de seguridad y tranquilidad es previsible que tengamos un ‘boom’ del consumo. También ha afectado al sistema de valores sociales. El número de personas a las que sus familias llevaban a los centros de la tercera edad ha disminuido después de los tristes sucesos que han ocurrido y hay muchas mujeres que quieren volver a la oficina, al entorno físico, porque en su casa están todo el día ocupadas, con los niños, con su trabajo y con las demás tareas domésticas. Algunas universidades hablan de la tercera esclavitud. Esto ha abierto un debate descomunal, que es lo que tendríamos que debatir en este país, hablar de la estructura social que queremos.

¿Para cuándo cree que podremos hablar de vuelta a la normalidad?

No lo sé. Yo miro todos los días cómo van evolucionando las cifras, veo cuántos están vacunados y cuántos quedan. Y los ritmos se cumplen, a pesar de los problemas burocráticos.