El doctor Pacheco, experto en medicina legal y bioderecho, analiza con LA OPINIÓN la aprobación de la Ley de Eutanasia y su aplicación por parte de las comunidades autónomas a sólo unas semanas de que expire el plazo dado por el Ministerio a las autonomías para ponerla en marcha.

¿Qué opinión le merece la Ley de Eutanasia que se va a implantar en España?

La ley que se ha hecho no es una mala ley, es bastante garantista y tiene en cuenta los factores fundamentales que entran en juego, como son la dignidad, calidad de vida y libertad. Todo ello bajo la ausencia absoluta de coacción, ya que debe ser siempre a petición propia, una petición clara, manifiesta, reiterada y mantenida.

Sin embargo, es una ley polémica que siempre ha contado con voces contrarias...

Existen connotaciones de todo tipo, incluso religiosas. Siempre se ha dicho que el único que da la vida y la quita es Dios, pero resulta que también hemos aceptado que a veces hay otras formas de iniciar la vida que no es por el hecho natural del coito entre un hombre y una mujer y esto no ha provocado un gran escándalo. La medicina es muy resolutiva y ha generado que muchas personas vivan durante mucho tiempo. Esto, que en principio está muy bien, tiene perfiles que no son tan positivos cuando hay pacientes con una malísima calidad de vida o sufrimiento con verdadero tormento. Si esos pacientes, voluntaria y libremente y sin coacciones, creen que lo mejor para ellos es dejar de llevar esa vida que no consideran de la suficiente calidad, se debería de tener en cuenta.

En estos casos ¿el derecho de la libertad del paciente a elegir debe estar por encima del derecho a la vida?

Uno de los principios de la bioética es la beneficencia, beneficiar al paciente siempre. Y cuando el paciente pide reiteradamente que se corte ese sufrimiento hay que preguntarse si le beneficia que el Estado le obligue a vivir o si lo es que se esuche su deseo y se le facilite la muerte.

En ocasiones se confunde la eutanasia con el suicidio.

No se debe confundir la eutanasia con el suicidio, ya que el suicida se puede quitar la vida cuando quiera, pero la eutanasia es más compleja, ya que la persona afectada no es capaz de quitarse la vida y necesita el auxilio y la colaboración de un tercero, un tercero que casi siempre es un médico. Y, claro, el médico que siempre ha sido visto como agente de vida es visto ahora en circunstancias muy especiales como agente de muerte.

¿Considera que con esta ley España gana en libertades?

Nos colocamos en la vanguardia de los países que han optado por conceder esta libertad. Al igual que las leyes del divorcio, el aborto o el matrimonio homosexual, no obligan a nadie, sólo dan la opción a quien lo necesita.