Colgados frente a las puertas del Ministerio. Si algo sentó mal a los regantes en Madrid ayer fue la ausencia de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en la sede de su departamento en la capital, zona cero de la protesta del sector agrario levantino. Esa ausencia vino marcada, además, por un acto en Toledo con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, fiel defensor del cierre del acueducto Tajo-Segura, y el presidente Pedro Sánchez para hablar de las bondades del hidrógeno.

Represenantes del Sindicato de Regantes con el presidente López Miras y otros políticos.

Cerca de 4.500 agricultores, trabajadores y empresarios del sector hortofrutícola de Alicante, Murcia y Almería tomaron este lunes el madrileño Paseo de la Castellana para implorar al Gobierno que dé marcha atrás y no modifique las reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura, cuyo caudal mantiene desde hace 42 años cien mil empleos y representa 3.000 millones de euros de las exportaciones agrícolas de España, generados en la bautizada como «huerta de Europa».

La convocatoria resultó todo un éxito pese al boicot inicial del Gobierno, que había limitado la presencia de camiones a solo diez trailers frigoríficos, y mantuvo retenida a la caravana dos horas en Ifema, punto de encuentro, donde se habían concentrado 200 camiones, algo que alteró las previsiones de los propios organizadores, el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura y el Círculo del Agua. Al final y tras mil y una negociaciones con la Policía Nacional, la Delegación de Gobierno de Madrid dio el visto bueno y, junto a diez camiones y otros tantos tractores, marcharon por el Paseo de la Castellana dos mil coches particulares llegado de las tres provincias y unos treinta autobuses.

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Los regantes defienden el trasvase en Madrid Pilar Wals

Pese a que el gabinete de la ministra hizo ayer de muro de contención en la protesta recordando las justificaciones técnicas que llevan a la modificación de las reglas del trasvase, y que el subsecretario del Ministerio, Miguel Ángel González Suela, salió a atender a los regantes para recoger algún documento con las reivindicaciones (al final volvió sin nada), el desplante de la ministra a los agricultores sentó mal. El Gobierno, pues, mantiene la firme intención de cambiar las reglas de explotación del trasvase y aumentar el caudal ecológico del río Tajo, lo que recortará en 200 hm³ el envío anual de agua a Alicante, Murcia y Almería.

«Es una decisión política»

El presidente del Sindicato de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, Lucas Jiménez, volvió a reclamar a la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que reconsidere su posición de reducir el volumen trasvasable y, al mismo tiempo, aumentar los caudales ecológicos del Tajo porque puede suponer un golpe de «consecuencias impredecibles» para la agricultura del Levante.

«Es una decisión política. No hay nada más», sentencia. Jiménez recordó que las aguas en Aranjuez gozan de buena calidad y de un buen potencial ecológico, por eso cuestiona la decisión de Ribera de subir caudales que trastoca la economía de unas regiones en «plena época de reconstrucción nacional» y cuando se depende del dinero que tiene que llegar de Europa. «Es un contrasentido; es una locura», subrayó.

Jiménez se mostró disgustado porque la ministra de Transición Ecológica no les vaya a recibir. «Las vías con esta ministra, que no con su ministerio, parecen agotadas. Ella no nos va a recibir, porque hoy (por ayer) tiene previsto estar en Toledo, según hemos podido saber. Nos sentimos mal con su marcha a Toledo», dijo Jiménez, quien teme que «esta no va a ser la única vez que tendremos que ir a Madrid por este asunto, pero estamos dispuestos».

El presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, Fernando López Miras, afirmó que esperaba que ayer «Pedro Sánchez y su Gobierno escuchen el clamor de dos millones y medio de españoles que viven en gran parte de la agricultura y necesitan día a día agua en sus hogares que llega a través del Trasvase Tajo-Segura».

López Miras añadió que «eso es lo que hoy está en juego. No solo está en riesgo miles de familias que viven de la agricultura y la ganadería en Murcia, Alicante y Almería, sino también el agua que las abastece». Y se ha mostrado indignado con el Gobierno de la Nación. «Es inadmisible, inaceptable, que el Gobierno de Sánchez tenga una hoja de ruta para recortar y cerrar el Trasvase Tajo-Segura sin escuchar, sin sentarse, sin dialogar y sin hablar».

La vicealcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, aseguró por su parte que «no solo asistimos a un ataque sin precedentes al Trasvase, sino que hoy, el día en que los regantes y agricultores hacen historia viniendo a Madrid a decirle al Gobierno de Sánchez que no vamos a permitir que jueguen con el pan de nuestros hijos, intentan secuestrarlos e impedir que se manifiesten bloqueando a la mayoría de vehículos que se dirigían a la capital de España a manifestarse».

El alcalde de Lorca se desmarca de la estrategia de Diego Conesa

El alcalde de Lorca, Diego José Mateos Molina, fue el único regidor socialista que estuvo ayer presente en la manifestación de Madrid. Allí señaló que «para los socialistas tanto lorquinos como de la Región de Murcia el Trasvase Tajo-Segura es irrenunciable. Siempre lo hemos dicho y lo seguimos manteniendo». Y ha pedido que se convoque el Pacto del Agua. «Para aunar a todas las fuerzas políticas hay que convocar el Pacto del Agua que lleva tres años sin convocarse. Tenemos que estar unidos, porque es un problema territorial. Y, repito, para los socialistas del Ayuntamiento de Lorca el Trasvase Tajo-Segura es irrenunciable, junto con otras fuentes de abastecimiento». El secretario de los socialistas murcianos evitó asistir a la protesta al tiladarla de política.